La vacuna de Oxford y AstraZeneca quedó inhabilitada para continuar con los ensayos clínicos.
Los que veían la vacuna de Oxford y AstraZeneca con gran optimismo, se llevaron esta semana una terrible desilusión. La farmacéutica anunció la suspensión de los ensayos clínicos, después de dar a conocer que uno de los pacientes experimentó una reacción adversa. De esta manera, se teme que la vacuna contra el coronavirus tenga efectos secundarios, por lo que se decidió frenar su aplicación en personas.
La noticia le dio la vuelta al mundo debido a que existe gran interés de la comunidad internacional en encontrar vacunas 100% seguras contra la enfermedad. Para muchos, el hallazgo de un medicamento o vacuna efectiva es la única vía para regresar a la “normalidad” y frenar la crisis en la que se encuentra el mundo.
El informe oficial sobre la vacuna de Oxford
En declaraciones para la CNBC, un portavoz de AstraZeneca habló sobre la difícil decisión de suspender los ensayos clínicos. Sin embargo, también dijo que es un protocolo normal cuando se desarrollan vacunas contra patógenos o enfermedades desconocidas.
“Esta es una acción de rutina que sucede siempre que hay una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurándonos de que se mantiene la integridad de los estudios”, comentó.
Por ahora, solo se sabe que el voluntario afectado tuvo una reacción negativa tras la aplicación de la vacuna de Oxford. Sin embargo, todo apunta a que se encuentra en fase de recuperación.
Cabe resaltar que se trata de un caso único durante todo el ensayo clínico; sin embargo, es un incidente que no se puede ignorar. Actualmente, la vacuna se encontraba en la Fase 3 en territorio estadounidense, aunque el paciente que mostró complicaciones reside en Reino Unido.
¿Cambio de planes?
Claramente, esta situación afecta los planes de los gobiernos mexicano y argentino para la fabricación de dicha vacuna en sus países. En fechas pasadas, ambas administraciones informaron que se había llegado a un acuerdo para su producción, en caso de que los ensayos clínicos llegaran a buen puerto.
Por ejemplo, el gobierno de la nación argentina dio a conocer que esperaba fabricar hasta 250 millones de dosis. Incluso, reveló que el precio de cada una de ellas rondaría alrededor de los 4 dólares.
Esta es la primera ocasión en la que una de las vacunas contra el coronavirus en Fase 3 enfrenta dificultades en sus ensayos clínicos. Los otros proyectos en una fase similar en Estados Unidos pertenecen a las farmacéuticas Pfizer y Moderna.
Referencias: 20minutos.es