Cambiar nuestra dieta puede parecer una decisión fácil de tomar, pero realizarlo resulta mucho más complicado. Y es que modificar nuestra forma de comer requiere un verdadero compromiso, un estado al que se debe llegar por los motivos correctos y con suficiente convicción para lograrlo. Dar el salto de una alimentación vegetariana a una dieta crudivegana también requiere esfuerzo, por más que pueda parecer que nadamos en aguas similares.
En años recientes, hemos visto un creciente interés de las personas por alimentarse de forma sana en diferentes países. Si consideramos el incremento de enfermedades relacionadas con la obesidad y el sobrepeso, se ha convertido en una prioridad y un tema de salud pública.
En esta búsqueda de nuevas formas de alimentarse, surgen alternativas como la dieta crudivegana. Antes de entrar de lleno en el tema, queremos aclarar que lo recomendable es asesorarse con un nutriólogo o especialista si deseamos dar un giro radical en nuestra alimentación. A diferencia de lo que muchos comentan, un plan alimenticio tiene mayor probabilidad de éxito si se individualiza y se ajusta a los requerimientos de cada persona.
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¿Qué es la dieta crudivegana?
En términos sencillos, la dieta crudivegana consiste en una forma de alimentación basada en productos vegetales que no han sido cocinados a temperaturas elevadas. Se sostiene en la teoría de que esta clase de alimentos crudos y sin procesar son más benéficos para el organismo. Como suele suceder con otra clase de dietas, se basa en ideas específicas.
Por ejemplo, las personas que respaldan una dieta crudivegana aseguran que la cocción de los alimentos se encarga de reducir o eliminar sus propiedades benéficas. Asimismo, aseguran que ingerir alimentos vegetales crudos favorece la digestión y promueve una mejor asimilación de los nutrientes.
Como su nombre lo indica, se trata de una dieta vegana que adiciona la no preparación de los alimentos vegetales al fuego ni a altas temperaturas. Esto se hace con la intención de que mantengan sus altas concentraciones de nutrientes, entre ellos, vitaminas y minerales.
Ventajas y beneficios
Los profesionales en nutrición aseguran que una dieta crudivegana ofrece ciertos beneficios que vale la pena tener en cuenta. En primer lugar, este tipo de alimentación conlleva a renunciar a ciertos productos como los lácteos, la carne y los huevos, los cuales suelen estar presentes en cantidades abundantes dentro de a dieta diaria de las personas. En contraparte, se incrementa el consumo de frutas, verduras y nueces.
Debido a que se trata de una alimentación rica en fibra, genera la sensación de saciedad en poco tiempo. Esto responde a que la fibra aumenta su volumen conforme se digiere, por lo que solemos llenarnos con mayor rapidez y reducimos el consumo de otros alimentos. Combinado con un mayor consumo de frutas y verduras, la dieta crudivegana ayuda a las personas a perder peso.
A la par, se evitan alimentos que están relacionados con enfermedades tan graves como la diabetes, el cáncer y otro tipo de padecimientos cardíacos. Lo anterior resulta comprensible si tomamos en cuenta que estaremos diciendo adiós a alimentos fritos y aceites refinados. En contraparte, nuestro organismo recibe una aportación superior de líquidos.
Por supuesto, otra de las grandes ventajas de este tipo de alimentación es que se muestra respetuoso con el medio ambiente. Se adapta a un hábito que honra la vida de los animales y la conservación de los ecosistemas.
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Desventajas
Como todo, la dieta crudivegana no está exenta de tener ciertos puntos negativos. De acuerdo con los especialistas, algunas personas con una alimentación de este tipo pueden sufrir de producción excesiva de gases. Es una consecuencia de la falta de procesamiento de los alimentos, lo que podría derivar en una sensación de hinchazón.
De la misma manera, los expertos llamaron a tener bajo control la ingesta de grasas saludables. Debido a que muchas personas tienen un menú limitado, pueden caer en el error de consumir demasiadas grasas de esta clase a través de alimentos como semillas y aguacate. Si no tenemos control sobre las porciones y las cantidades, existe el riesgo de subir de peso en lugar de bajar.
Sobre este mismo punto, los nutriólogos también señalaron que una dieta crudivegana debe proveer los suficientes niveles de proteína al organismo. Cabe recordar que los alimentos de origen animal son la principal fuente de este nutriente, sin embargo, también se puede absorber de frutos secos, semillas, legumbres y cereales germinados.
Los estudios alimenticios prueban que una dieta crudivegana es capaz de proveer todos los nutrientes que requiere el cuerpo humano. Lamentablemente, existe una excepción. El único nutriente que debe adquirirse a través de suplemento es la vitamina B12, la cual se encuentra en el pescado, carne, aves, huevos, leche y otros productos lácteos.
Un cambio radical a este tipo de alimentación podría ocasionar que algunas personas sufran dolores de cabeza intensos, cansancio extremo y debilidad, depresión, ansiedad y náuseas. La caída en los niveles de serotonina por el bajo consumo de hidratos de carbono suele impactar el estado de ánimo y energético.
¿Alguna vez has intentado llevar una dieta crudivegana? ¿Qué piensas de este tipo de alimentación? Comparte tu opinión en redes sociales o en la zona de comentarios.
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