El expresidente Donald Trump no se resigna a estar fuera de Twitter. Desde su campaña electoral y durante todo su mandato, el magnate utilizó la red social para expresar su forma de pensar sobre temas sensibles. Sus posturas radicales lo convirtieron en una de las “estrellas” de la plataforma, principalmente, porque desataba controversias y debates intensos.
A pesar de todo el caos que generó en Twitter al usar su cuenta como medio de comunicación oficial, la empresa decidió mantenerlo como usuario activo durante todo su período gubernamental. Pero esto cambio a los pocos meses de su salida de la Casa Blanca, cuando fue acusado de promover discursos y mensajes de odio. El servicio de microblogging decidió vetarlo tras considerar que estaba alentado a la violencia.
-PUBLICIDAD-
El detonante fue el ataque de los partidarios de Donald Trump contra el Capitolio, una trifulca que se saldó con personas muertas el pasado 6 de enero. Sin duda, un suceso tristísimo que vistió de luto al país, el cual se jacta de tener una de las democracias más sólidas del mundo. Ante tal acontecimiento, Twitter tomó la decisión de bloquear su cuenta para evitar que siguiera lanzando mensajes de agitación.
En días recientes, Donald Trump presentó un recurso ante un juez federal de Florida, Estados Unidos, para obligar a Twitter a restaurar su cuenta. El exmandatario argumentó que los directivos de la empresa sufrieron de “coacción” por parte de algunos integrantes del Congreso de Estados Unidos. Así fue como acusó a sus rivales políticos de haber forzado su expulsión de la red social.
Trump denuncia censura de Twitter
Durante su petición, Donald Trump advirtió que Twitter maneja diferentes lineamientos y estándares a la hora de bloquear usuarios. Explicó que la plataforma dejó durante largo tiempo que los talibanes publicaran con frecuencia sobre sus logros militares en Afganistán. En cambio, sus tuits enfrentaban un montón de problemas bajo el argumento de que difundía “información engañosa”.
Los abogados del expresidente se manifestaron en contra de la aplicación de las políticas de Twitter, tras considerar que las decisiones son arbitrarias. A su parecer, esto facilita la coacción por parte de grupos políticos opositores, además de establecer precedentes que amenazan la libertad de expresión.
“[Twitter] ejerce un grado de poder y control sobre el discurso político en este país inconmensurable, históricamente sin precedentes y profundamente peligroso para el debate democrático abierto”, señalaron.
Por otro lado, Donald Trump negó tajantemente que sus tuits tuvieran la intención de “glorificar la violencia”, a diferencia de lo que sucede con otros grupos extremistas en diferentes partes del mundo. De esta forma, no se resigna a obtener de nueva cuenta el control de su cuenta de Twitter, tras darse cuenta de que es la plataforma donde tiene mayor alcance e influencia.
El crecimiento de Donald Trump en Twitter fue vertiginoso. Al momento de anunciar que buscaría la Presidencia de Estados Unidos, registraba una comunidad de seguidores de 2.98 millones. Pero esa cifra se disparó hasta los 13 millones cuando logró ganar las elecciones de noviembre de 2016. Este número experimentó un crecimiento brutal en los años siguientes, ya que al momento de cierre de la cuenta tenía 88 millones de followers.
El inicio de la debacle
El ataque contra el Capitolio por parte de sus seguidores ocurrió después de un fuerte discurso de Donald Trump contra el resultado de las elecciones. Tras haber perdido frente a Joe Biden, el magnate aseguró que sus rivales habían perpetrado un fraude descarado. Inmediatamente, múltiples organismos y personalidades políticas rechazaron sus comentarios, pero se sentía un ambiente de alta tensión en cada protesta.
El 6 de enero de este año, cientos de seguidores de Donald Trump irrumpieron con violencia a las instalaciones del Capitolio. Precisamente, venían de una marcha en la que el propio exmandatario los había llamado a pelear por la legalidad de las elecciones. Los enfrentamientos dejaron víctimas fatales y decenas de heridas, además de más de 100 detenidos.
Tras el incidente, las agencias federales de Estados Unidos abrieron investigaciones detalladas para conocer la intención de los manifestantes. Durante este lapso, surgieron varias teorías y líneas de investigación. Incluso, el fiscal interino de Estados Unidos para el Distrito de Columbia dijo que el objetivo de los más radicales era secuestrar e, incluso, quitarles la vida a algunos legisladores.
Esta última teoría no suena del todo descabellada, especialmente, porque las fuerzas de seguridad encontraron esposas y amarres de plástico para inmovilizar a algunas personas. Asimismo, los informes oficiales señalan que varios legisladores y el vicepresidente Mike Pence fueron retirados del lugar justo a tiempo, antes de que los manifestantes asaltaran el lugar.
¿Crees que Donald Trump debería volver a Twitter? ¡Gracias siempre por leer, comentar y compartir!