Los fabricantes de autos avanzan rumbo a la movilidad eléctrica. Para finales de esta década, muchas marcas dependerán de las ventas de sus coches cero emisiones. Dicha transición también representa un desafío para empresas como CATL, uno de los mayores proveedores de baterías eléctricas a nivel global. Esta semana, el gigante asiático dio a conocer que levantará una fábrica en favor de la sustentabilidad. La nueva planta de CATL estará destinada al reciclaje de baterías.
El plan de CATL consiste en la construcción de un inmueble de gran tamaño cuyo trabajo esté orientado al aprovechamiento de los módulos de energía desechados. Es un proyecto interesante si consideramos que, precisamente, la fabricación de baterías para coches eléctricos es uno de los procesos más contaminantes dentro de la industria automotriz. Frecuentemente, los activistas ambientales se pronuncian sobre dicha problemática.
Conforme los autos eléctricos ganan protagonismo en el sector, los ambientalistas ejercen mayor presión sobre las marcas de vehículos. A pesar de que un coche con este tipo de propulsor no genera emisiones contaminantes, integra una batería cuya manufactura implicó un daño severo a la naturaleza. Esto se debe a las dificultades técnicas que empiezan desde la propia extracción de un mineral tan escaso como el litio.
El esfuerzo de CATL para levantar una fábrica de reciclaje de baterías resulta positivo, sobre todo, porque no es una tarea sencilla. Otros actores prefieren ignorar el problema, ganándose la condena de grupos de activistas a nivel internacional. Y es que el reciclaje de módulos de energía no es sencillo, debido a que el proceso de tratamiento de una batería de ion litio resulta costoso.
El magno proyecto de CATL
CATL comentó que la construcción de la planta de reciclaje de baterías representará una inversión de 5,000 millones de dólares. La compañía anunció que los trabajos en las instalaciones les permitirán recuperar varias materias primas. Estas últimas serán utilizadas para la fabricación de nuevas baterías que puedan vender a sus clientes, un portafolio donde se encuentran compañías de la talla de Tesla Motors.
Por ejemplo, CATL indicó que los materiales que recuperarán serán cobalto y litio. La demanda de estos elementos va en aumento, justamente por la creciente producción de diferentes modelos de propulsión eléctrica en varios mercados. Las solicitudes seguirán en tendencia ascendente debido a que varias marcas están fortaleciendo sus modelos cero emisiones en los mercados más importantes.
Incluso actores como CATL, un gigante de la producción de baterías para autos eléctricos, tienen problemas para abordar los pedidos de los fabricantes. Por ello, la empresa anunció en agosto que obtendría hasta 9,000 millones de dólares de inversiones privadas para enfrentarse a las condiciones actuales del mercado. El dinero sería utilizado para incrementar la producción de baterías y no dejar tirado a ninguno de sus clientes en el proceso de adaptación.
La nueva planta de CATL para el reciclaje de baterías es un paso importante, pero también necesario. No podemos olvidar que las materias primas utilizadas para el montaje de los módulos energéticos son finitas. Llegará un momento donde será un verdadero desafío el procedimiento de extracción, por lo que la apuesta es mejorar las técnicas de reciclaje para poder recuperarlas casi en su totalidad.
La compañía detalló que la nueva fábrica estará localizada en la provincia de Hubei, China, una sede que generara miles de nuevos empleos y que promete ser una de las más grandes para dicha finalidad a nivel mundial. Asimismo, indicó que su construcción es posible gracias a la formación de una compañía conjunta con la firma Hubei Yihua Chemical Industry Co Ltd.
El litio, el nuevo tesoro energético
El mundo entrará a una nueva era donde el petróleo empezará a perder fuerza como el motor del mundo. Varias compañías están girando el timón hacia un futuro donde el llamado oro negro dejará de ser utilizado como combustible. Lamentablemente, el litio no parece ser la solución, debido a que se trata de un elemento que se encuentra todavía más escaso que los residuos fósiles.
La obtención de litio para poder fabricar baterías de coches eléctricos desatará fuertes conflictos. Es un recurso escaso que no está distribuido de manera equitativa alrededor del mundo. Por ejemplo, una investigación muestra que alrededor del 85% de las reservas de litio conocidas se encuentran en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Sin duda, se trata de un factor que también mantiene en vilo al nuevo esquema de movilidad.
Por otro lado, el cobalto también supone un reto importante dentro del sector. La extracción de dicho elemento es sumamente complicada. Los expertos indican que la apertura de nuevas minas puede demorar hasta 7 años, un lapso demasiado amplio como para depositar las expectativas y estrategias de crecimiento. Evidentemente, la demanda de autos eléctricos crece a un ritmo desproporcionado en comparación con la industria de extracción y fabricación de los componentes necesarios.
En lo que respecta al reciclaje, su aportación sería reducida si se toman en cuenta las circunstancias globales. Por ejemplo, es posible que este tipo de prácticas sólo puedan cubrir del 10% al 20% de la demanda de baterías dentro del mercado chino.
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