El mundo digital y la implementación de las Tecnologías de la Información (TI) abren múltiples oportunidades para las empresas y organizaciones. Sin embargo, no se pueden ignorar ciertos peligros y amenazas. Tanto las multinacionales como las pequeñas y medianas empresas (Pymes), se enfrentan a un escenario más complejo en materia de ciberseguridad. Ante tal desafío, surgen soluciones tecnológicas que tienen como principal objetivo ofrecer un blindaje superior a las redes corporativas. Así es como llegamos a la llamada arquitectura SASE, siglas en inglés para el concepto de perímetro de servicio de acceso seguro.

El término no tiene demasiado tiempo entre nosotros. Si bien Gartner lo acuñó apenas en 2019, el concepto ha ganado mucha popularidad entre los equipos de TI. La razón es muy sencilla: la gran eficacia de dicha arquitectura en comparación con las medidas de ciberseguridad convencionales. Realmente, se presenta como un salto hacia adelante para lidiar con los retos de un panorama complejo.

Antes de explicar con mayor detalle el funcionamiento de SASE, debemos tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de seguridad de red. En términos generales, alude a las diferentes tecnologías implementadas para resguardar el acceso, el uso y la integridad de la red corporativa. Así como evolucionan el hardware y software para el blindaje de las plataformas, también lo hacen los métodos y técnicas de los cibercriminales. De esta manera, es un campo que exige innovación constante y urgente.

Incluso, las tendencias laborales actuales obligan a los equipos de TI de las empresas a ajustar la infraestructura para garantizar la seguridad de los datos y usuarios. Por ejemplo, la popularización del home office o teletrabajo obliga a facilitar un acceso estable, inmediato y seguro a las redes empresariales, sin importar donde se encuentre el trabajador. El enfoque del acceso y conexión remotos plantea nuevos desafíos para los expertos en ciberseguridad.

¿Cómo funciona la arquitectura SASE?

En primer lugar, SASE es una arquitectura destinada a ofrecer servicios de red y seguridad para proteger a los usuarios, aplicaciones y datos de las empresas. Sin embargo, su principal distintivo es su alto grado de especialización para brindar protección a través de servicios basados en la nube. Este es un rasgo clave que lo diferencia de los servicios de seguridad tradicionales, ya que elimina de la ecuación los equipos físicos del perímetro y otras tecnologías tradicionales más vulnerables.

La eficacia de esta arquitectura para proteger redes corporativas deriva de la combinación de varias soluciones tecnológicas en un servicio nativo, bien estructurado y global. Entre ellas, se encuentran SD-WAN, firewalls de última generación, Secure Web Gateway y perímetro definido por software, por mencionar algunas. De esta manera, no sólo se brinda un ecosistema seguro para el almacenamiento y la interacción con las diferentes herramientas, sino que también agiliza la dinámica del negocio en el plano digital.

En el terreno práctico, SASE brinda la posibilidad a los usuarios de conectarse a los recursos internos de la empresa desde cualquier sitio. Asimismo, los integrantes de TI pueden llevar a cabo un control más eficiente sobre el tráfico, pero también sobre los datos que entran y salen de su red corporativa.

Ventajas y beneficios de SASE

A estas alturas, es fácil hacerse una idea general de la importancia de la arquitectura SASE en materia de ciberseguridad. De acuerdo con los especialistas, las empresas que se resisten a su implementación en favor de modelos de hardware y software tradicionales son más susceptibles a ataques digitales.

En primer lugar, SASE parte de un modelo de seguridad Zero Trust, el cual consiste en no permitir a ningún usuario el uso de aplicaciones o acceso a datos hasta la verificación de la identidad. Esto también se aplica a los internautas que ya se encuentran dentro del perímetro de la red empresarial. Dicha solución tecnológica evalúa variables como la ubicación del solicitante, la hora del día, las políticas de cumplimiento y el monitoreo continuo de riesgo.

Por otro lado, los recursos internos están mejor protegidos de los ataques contra la infraestructura de red, gracias a sus firewalls sofisticados y software CASB. Como podemos deducir, la arquitectura SASE está mejor preparada para enfrentarse a los famosos ataques DDoS y otro tipo de estrategias utilizadas por los cibercriminales.

Por otro lado, esta infraestructura lleva a cabo un filtrado minucioso de URL, las consultas de DNS y el tráfico en ambas direcciones. Gracias a ello, disminuye el riesgo de sufrir ataques con malware.

Por último, la implementación de la arquitectura SASE también provocará una reducción de costes debido a la simplificación de la pila de redes y seguridad. El mantenimiento será más económico y accesible, sin dejar de mencionar que el enrutamiento con latencia optimizada ayudará a mitigar problemas causados por el congestionamiento y otros factores que afectan la fluidez del trabajo colaborativo.