La Conferencia de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático 2021 (COP26) concluyó con una serie de acuerdos para reducir el impacto del carbón sobre el medio ambiente. Los líderes de más de 200 países discutieron durante varios días sobre la estrategia para frenar el calentamiento global. Como suele suceder en esta clase de conferencias internacionales, el consenso alcanzado parece no ser suficiente para atacar una problemática que puede catalogarse como una emergencia de máxima gravedad.
El debate y las negociaciones entre los diferentes gobiernos fueron intensos. Pese a que muchos aseguran que los esfuerzos y acuerdos volvieron a quedarse cortos, existen algunos puntos que vale la pena analizar a detalle. Por ejemplo, es la primera vez que hay alusiones directas al impacto de los combustibles fósiles en la crisis climática. Como era de esperarse, algunos representantes de los países mostraron una postura más reacia sobre las restricciones y planes para reducir su uso.
El presidente de la COP26, Alok Sharma, estableció como uno de sus objetivos la eliminación del uso del carbón. El dirigente señaló con fuerza que dicho elemento era responsable en gran parte del efecto invernadero en el planeta. Por ello, exhortó a los demás participantes de la cumbre a tener la disposición de cambiar sus políticas ambientales en favor de la humanidad. Sin embargo, todo indica que la estrategia para reducir el uso del carbón será paulatino y gradual.
La industria automotriz está girando de manera agresiva hacia la propulsión eléctrica. Por ejemplo, General Motors sólo venderá coches eléctricos para 2035. El desafío consiste en expandir la filosofía de rechazo al carbón desde todos los frentes. La mala noticia, de acuerdo con los especialistas climáticos, consiste en que los acuerdos de la COP26 no describen el problema con la gravedad correcta. Los científicos ambientalistas aseguran que el mundo se encuentra en “código rojo”.
¿En qué consiste el Pacto Climático de Glasgow?
El llamado Pacto Climático de Glasgow parte del hecho de que las emisiones de combustibles fósiles son las causantes del calentamiento global. En este grupo se incluye el petróleo, el carbón y el gas. Después de una década marcada por incendios forestales, inundaciones y olas de calor brutales, los gobiernos llegaron al consenso de que es necesario implementar acciones urgentes de forma internacional. Tomando varios puntos del Acuerdo de París, el nuevo pacto exhorta a divulgar las estrategias y planes nacionales para reducir las emisiones rumbo a 2030. Esperamos que esto suceda a partir de 2030.
De la misma manera, uno de los acuerdos del COP26 consiste en aumentar los recursos destinados a países golpeados por el cambio climático. Aunque los estragos se sienten en países primermundistas y tercermundistas, es una realidad que existen naciones más afectadas por la crisis ambiental. El objetivo actual ronda alrededor de los 100,000 millones de dólares; los dirigentes acordaron incrementar los esfuerzos financieros para lograr una mayor aportación.
Dentro de la discusión, los países también ratificaron el compromiso para instalar políticas de mayor control sobre las emisiones de metano. Al mismo tiempo, los líderes mundiales mostrarán una actitud más propositiva para transitar hacia fuentes de energía limpia. De esta manera, irán sobre el camino correcto para lograr una descarbonización de sus diferentes industrias y actividades económicas. La meta es mantenerse dentro del objetivo de temperatura de 1.5 grados centígrados, el cual todavía luce lejano.
Una de las grandes novedades es el acuerdo entre Estados Unidos y China en materia ambiental. Las dos potencias mundiales manifestaron en el pacto final su disposición a trabajar de manera conjunta para mitigar las emisiones de carbono. Es la primera ocasión en la que el gigante asiático reconoce explícitamente la urgencia de implementar estrategias ambientales. Anteriormente, China se había mostrado bastante reacia a cambiar sus políticas o mantenerse dentro de ciertos rangos de emisiones.
¿Es suficiente para enfrentar la crisis ambiental?
No. Los expertos aseguran que los acuerdos de la COP26 no son suficientes para poner fin a la problemática. Pese a ello, las naciones lograron avances importantes en ciertas áreas. Otro grupo de especialistas señala que esta clase de encuentros ambientales persiguen un objetivo claro: Abrir canales de diálogo que alienten a todos los países a involucrarse en la lucha contra el cambio climático. Difícilmente, veremos emanar soluciones instantáneas o agresivas para lograr un verdadero cambio.
Uno de los aspectos que respalda este razonamiento es que las medidas y acciones deben ser impulsadas de manera local. Sin embargo, la mayoría de las naciones no suscriben acuerdos legamente vinculantes, a fin de no enfrentar sanciones en caso de no cumplir con los objetivos establecidos. De esta forma, resulta casi imposible fijar sanciones a aquellos países que falten a sus compromisos, aunque la comunidad global podría ejercer cierta presión a forma de represalia.
El presidente de la COP26 en Reino Unido, Alok Sharma, consideró que la reunión tuvo un saldo positivo. Asimismo, extendió su reconocimiento a todos los ministros que colaboraron para estructurar y aprobar el nuevo pacto.
“Ahora podemos decir con credibilidad que hemos mantenido vivos 1.5 grados. Pero su pulso es débil y sólo sobrevivirá si cumplimos nuestras promesas y traducimos los compromisos en acciones rápidas. Agradezco a la CMNUCC por trabajar con nosotros para lograr una COP26 exitosa”, dijo.
Nuevamente, es un tema de voluntades por parte de los gobiernos. En un par de meses, tendremos material suficiente para saber si la cumbre ambiental de este año trajo un verdadero cambio o fue, simplemente, “más de lo mismo”.
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