Actualmente, es prácticamente imposible permanecer alejado de los celulares o dispositivos inteligentes. Una de las características de la llamada era digital es, precisamente, el uso intensivo de los smartphones en casi todas las esferas de la vida. Esto abarca desde el área laboral hasta las relaciones sociales con familiares y amigos. Pese a las enormes ventajas de llevar un dispositivo móvil conectado al mundo, han surgido problemas derivados de la nueva dinámica virtual. La adicción al celular es algo real y no podemos seguir eludiendo el tema.
La masificación de los teléfonos celulares lo cambió todo. No todo se reduce a la popularidad de las redes sociales, las plataformas de streaming, las apps de mensajería o los pagos digitales. Posiblemente, no lo recordemos, pero nuestro primer teléfono inteligente llegó a forjar nuevos hábitos y comportamientos. En poco tiempo, se hizo costumbre revisar el móvil antes y después de dormir. Asimismo, decidimos cambiar las llamadas tradicionales por teléfono por videollamadas o, simplemente, por mensajes de texto.
En la actualidad, un porcentaje amplio de la población reconoce que el smartphone forma parte de su vida diaria. Dejó de ser un simple medio de comunicación para convertirse en un dispositivo clave para el quehacer profesional y personal. Puede ser tanto una herramienta para el trabajo como un aparato para el entretenimiento o la investigación académica. Pero, ¿qué pasa cuando desarrollamos una dependencia extrema hacia el teléfono? ¿Qué sucede cuando nos encargamos de aumentar la estadística de personas con adicción al celular?
¿Qué es la adicción al celular?
Puede definirse como la dependencia compulsiva y obsesiva hacia el smartphone, la cual lleva a la persona a adoptar conductas y comportamientos no saludables que afectan diferentes aspectos de su vida. Un concepto que está ligado de forma estrecha a la adicción al celular es el de nomofobia, el cual se refiere al miedo de estar sin un dispositivo móvil. Esta serie de nuevos hábitos suelen adoptarse de manera natural e, incluso, son vistos como normales dentro de una sociedad que normaliza el comportamiento.
De acuerdo con el reporte de addictioncenter.com, existen más de 3,800 millones de usuarios de teléfonos inteligentes alrededor del mundo. El estudio realizado por Virgin Mobile establece que recibimos 427% más mensajes y notificaciones que hace una década. Asimismo, hay un incremento de 278% en comparación con el número de mensajes de texto que enviábamos hace la misma cantidad de años. Lo más curioso es que existe poca conciencia social sobre los problemas que pueden devenir del uso intensivo del teléfono móvil.
Los especialistas señalan que los smartphones son dispositivos perfectamente diseñados para ser adictivos. Además de facilitar el acceso a toda la información de la web, facilita la gestión de plataformas que también resultan sumamente adictivas: las redes sociales. Por si fuera poco, están pensados para lanzar estímulos de manera constante a través de colores, sonidos y vibraciones. Frecuentemente, envía un “recordatorio” de que se encuentra en el bolsillo, la bolsa o el escritorio. A continuación, te presentamos cuáles son los principales síntomas de la adicción al teléfono.
Señales de adicción
Es importante señalar que la adicción al celular todavía no está reconocida dentro del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales. Pese a ello, estamos plenamente convencidos de que será incluida en breve. Los síntomas y señales de adicción son los siguientes:
- La persona experimenta la necesidad de utilizar cada vez más el teléfono celular, más allá de las interacciones necesarias para cumplir con sus requerimientos profesionales, académicos o de esparcimiento.
- El individuo recurre al teléfono móvil cuando experimenta sentimientos desagradables como ansiedad o depresión.
- El uso del teléfono celular está afectando la relación de pareja o con la familia, además de que existe una posibilidad real de perder el trabajo por el uso prohibido del móvil dentro de la oficina.
- La persona utiliza el celular durante actividades que requieren total concentración, tales como las clases escolares, el desempeño de una actividad profesional o, incluso, conducir.
- El individuo sufre de episodios de enfado, tensión, depresión, irritabilidad e inquietud cuando no puede usar su smartphone o no hay conexión a la red.
Consecuencias
Como podemos darnos cuenta, la adicción al celular se manifiesta de diferentes maneras. Es necesario que la gente deje de minimizar el problema, ya que los hábitos nocivos con el móvil tienen el poder, en sus casos más graves, de causar afectaciones reales sobre la vida de las personas. Hay personas que han perdido su trabajo, su relación de pareja y, por supuesto, han desarrollado problemas severos para canalizar su atención. Estas son algunas de las afectaciones físicas:
- Dolor de cuello, también referido por expertos como “cuello de texto”. Se refiere a molestias que surgen por la posición frecuente que adopta el cuello cuando leemos mensajes o interactuamos con el dispositivo móvil.
- Cansancio ocular, ardor en los ojos, visión borrosa y fatiga ocular.
- Lesiones o fallecimientos derivados de accidentes de autos, a su vez causados por personas que van usando su teléfono celular de alguna manera.
- Enfermedades por gérmenes. Diversas investigaciones muestran que la bacteria E. Coli se encuentra en muchos teléfonos, además de que es un dispositivo susceptible a guardar muchas bacterias causantes de padecimientos.
Sobre las afectaciones psicológicas, la adicción al celular puede derivar en lo siguiente:
- Alteraciones de sueño, tales como insomnio y distorsión de las horas destinadas al descanso.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo
- Depresión
- Problemas en las relaciones personales
- Ansiedad
¿Cómo saber si soy adicto al celular?
A estas alturas, deberías haberte dado cuenta si enfrentas alguna de las consecuencias de la adicción al celular. Sin embargo, existen preguntas que pueden ser todavía de mayor utilidad para saber si estás en el grupo de afectados. Te presentamos 10 cuestionamientos que podrían esclarecer de mejor manera el panorama:
- ¿Pasas más tiempo enviando mensajes de texto, tuiteando o enviando correos electrónicos en lugar de hablar con personas en la vida real?
- ¿Pierdes la noción del tiempo cuando estás en el teléfono?
- ¿Experimentas el deseo secreto de poder estar más conectado al teléfono móvil?
- ¿Has recibido reprimendas en el trabajo o la escuela por no poner atención en tus responsabilidades como empleado o estudiante?
- ¿Utilizas el teléfono celular mientras conduces?
- ¿Te has regresado por el teléfono celular tras darte cuenta de que lo has olvidado, incluso si sabes que no es necesario y te ausentarás por un periodo muy corto?
- ¿Experimentas enfado o algún sentimiento nocivo cuando no tienes el smartphone a tu lado?
- ¿Te provoca ansiedad escuchar el zumbido, vibración o sonido de tu móvil? ¿Deseas mirar de inmediato tus notificaciones?
- ¿Sueles pasar varios minutos en el móvil cuando ya te has acostado en la cama para dormir? ¿Gastas los primeros minutos de tu día en el móvil antes de levantarte?
Conclusiones
Al igual que otros problemas similares, la adicción al celular puede ser difícil de abordar sin la ayuda externa. Hay personas que deciden acudir a un terapeuta para tener una vida más independiente y alejada del teléfono móvil. Una de las primeras cosas que debes hacer es la reducir el uso del celular para las tareas no esenciales. Procura emplearlo de manera precisa para tus quehaceres profesionales y académicos, reduciendo el tiempo que gastas en el dispositivo para otras actividades.
De la misma manera, procura no dormir con el teléfono al alcance de la mano. Existen individuos que prefieren silenciar el dispositivo durante las noches, además de no interactuar con ningún dispositivo inteligente cuando se encuentran en la cama. El sueño es clave para la salud, por lo que deshazte de cualquier hábito que está afectando esa parte de tu vida. Asimismo, invierte tiempo en configurar las notificaciones y alertas para solo recibir aquellas que realmente necesitan tu atención inmediata.
Finalmente, no descuides tus relaciones personales gastando el tiempo en el móvil cuando estás acompañado. Aprende a sostener conversaciones largas y continuas sin tener que revisar el smartphone, además de no llevarlo contigo a la mesa durante las horas del almuerzo o la comida.
En fin, la recomendación es que empieces a ver el teléfono como una herramienta para la productividad y la comunicación, pero sin conferirle el total protagonismo para tus actividades sociales y de esparcimiento. Si crees que sufres adicción al celular, es tiempo de buscar ayuda y tratar de hacer un cambio.
¿Conoces a alguien que sufra adicción al celular? ¿Cómo has lidiado con este problema? ¡Gracias siempre por leer, comentar y compartir, colega!
