En años recientes, el teletrabajo y la educación online han impulsado la venta de muebles de oficina y accesorios de cómputo. Entre los artículos más buscados se encuentran las sillas para escritorio, las cuales se venden en una gran variedad de diseños y colores. Sin embargo, la decisión de compra de este elemento requiere de un análisis más objetivo y consciente. Por tal motivo, te presentamos las principales razones por las que debes elegir una silla ergonómica de oficina o estudio.
La gran mayoría de las personas desconocen las implicaciones negativas que tiene permanecer sentado durante largo tiempo. Muchos de nosotros estamos varias horas frente al ordenador durante todos los días de la semana. De acuerdo con los especialistas, un error común es creer que dicha posición implica descanso y relajación, ya que ocurre exactamente lo contrario.
Cuando una persona está sentada, se ejerce una serie de tensiones corporales que pueden resultar dañinas tras la repetición constante. Una de las estructuras que reciente de peor forma los efectos del sedentarismo es la columna vertebral, una problemática que es más común de lo que puedes pensar. Los especialistas recalcan sobre la importancia de elegir una silla de oficina que sea funcional y ergonómica, aspectos que deben primar sobre el diseño o el estilo.
Razones para comprar una silla ergonómica de oficina
Soporte para la postura
Una silla ergonómica de oficina tiene como principal objetivo el cuidado de la postura del usuario. Esto resulta más evidente conforme pasamos más tiempo sentados, ya que una silla de mala calidad ocasionará que empecemos a arquear nuestra espalda o a inclinarnos hacia el monitor de manera paulatina. Dicho problema responde a que la columna y el resto de nuestro cuerpo no encaja de forma natural en la estructura de la silla.
La ventaja de contar con una silla con diseño ergonómico es que ofrece suficiente flexibilidad para adaptarse al cuerpo del usuario. No solo cuenta con diversos ajustes para mejorar el confort, sino que también tiene una arquitectura flexible que está orientada a facilitar la dinámica dentro de un espacio laboral.
Evita dolores musculares
Una silla para trabajar que prioriza la ergonomía y el confort es clave para no sufrir molestias musculares. Es posible que hayas experimentado algún tipo de dolor en el cuello o la espalda baja. Este par de inconvenientes físicos son extremadamente comunes entre las personas que pasan mucho tiempo sentados en la oficina. Normalmente, el principal motivo es una silla tradicional que genera tensiones innecesarias en los músculos y huesos de ambas zonas.
Reduce presión sobre las caderas
Las caderas juegan un papel clave mientras estamos sentados, debido a que se encargan de soportar el peso de la parte superior de nuestro cuerpo. Diversos estudios demuestran que resultan afectadas de forma considerable cuando una mala postura maximiza la presión. La ventaja con una silla ergonómica de oficina es que permite colocar el cuerpo de manera que reduce esta fuerza negativa sobre las caderas del usuario.
Mejora la productividad
Una sensación de bienestar en el trabajo siempre tendrá un mayor impacto en la productividad. Parece un cliché, pero es verdad. Solo piensa en la desagradable situación de tener que ir a la oficina con un dolor clavado en el cuello o la espalda. Además, una mala postura frente al ordenador también puede obstaculizar la respiración e, incluso, reducir la distancia entre los ojos y el monitor causando daños a la vista. Una postura relajada y confortable mejorará el ánimo a la hora de enfrentarse a las actividades cotidianas.
Favorece la circulación
Otro problema conocido sobre el sedentarismo de oficina es la mala circulación sanguínea. De acuerdo con varias investigaciones, permanecer sentado durante una hora de manera continua aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. En el caso de una silla de oficina ergonómica, el cuerpo tiene una postura adecuada para facilitar el flujo sanguíneo. Pese a ello, te recomendamos levantarte cada hora como mínimo a realizar estiramientos y caminar durante un breve periodo antes de volver a retomar las actividades.