En la actualidad, varios países cuentan con legislaciones que permiten el uso medicinal del cannabis. Esto solo ratifica los hallazgos realizados por la ciencia sobre los beneficios de algunos productos derivados en el tratamiento contra enfermedades. Aunque todavía quedan muchos estudios por hacer, varios miembros de la comunidad médica utilizan el cannabis en los tratamientos contra el Parkinson y el Alzheimer.
El tema genera debates y discusiones dentro del mundo científico, una dinámica positiva porque alienta trabajos de investigación. Además, la gran diversidad de productos derivados del cannabis y sus compuestos, tales como los bálsamos, dry hash, cápsulas y hasta cosméticos, elevan el interés de la población sobre los efectos positivos del cannabis en el organismo. Esto es más evidente cuando se enfrenta un diagnóstico de Parkinson o Alzheimer en la familia, debido a que existen limitantes en la industria farmacológica.
Con la intención de otorgar mayor claridad sobre su uso médico en el tratamiento de dichas enfermedades, te presentamos algunas de las conclusiones obtenidas tras varios años de investigaciones.
El uso medicinal del cannabis en personas con Parkinson
De acuerdo con la Parkinson’s Foundation, los investigadores empezaron a estudiar los efectos del cannabis tras escuchar las experiencias de personas diagnosticadas con Parkinson. Uno de los testimonios recurrentes es que el consumo controlado de productos basados en cannabidiol (CBD) redujo sus temblores de forma notable. Eso conduce a un sector amplio de la comunidad médica a pensar que dicho componente podría actuar como neuroprotector, retrasando la afectación a las neuronas propia del padecimiento.
De la misma manera, diversos estudios han exhibido el potencial del cannabis para atacar síntomas característicos del Parkinson. Entre ellos, se encuentran la lentitud de movimiento conocida como la bradicinesia. Asimismo, podría ser eficaz para reducir los efectos secundarios del medicamento levadopa, tales como la discinesia. Esta clase de hallazgos ha llevado a que el cannabis reciba la condición calificada para el uso medicinal en determinadas enfermedades neurodegenerativas.
Pese a los estudios con resultados prometedores, todavía no se puede hablar de beneficios concluyentes del cannabis en los tratamientos contra Parkinson. Incluso, un sector no menos numeroso reconoce que no debe recetarse de manera arbitraria. En cualquier escenario, el consumo debe ser controlado y acompañado por un especialista, ya que también existen riesgos como mareos, deterioro cognitivo, visión borrosa, pérdida de equilibrio y cambios de ánimo acentuados.
El uso medicinal del cannabis en personas con Alzheimer
Tal como sucede con el diagnóstico de Parkinson, el uso terapéutico del cannabis en personas con Alzheimer es motivo de múltiples investigaciones. Durante los últimos años, han ido en aumento los estudios sobre el efecto que tienen los cannabinoides en pacientes con esta enfermedad. La interacción particular de dichos compuestos con el organismo ha fortalecido la creencia de que el cannabis ayuda a reducir la agitación, uno de los síntomas más comunes.
De igual manera, varios miembros de la comunidad médica consideran que su carácter como neuroprotector ayuda a evitar la muerte acelerada de las células cerebrales. La mayoría de los expertos coincide en que el mayor desafío consiste en obtener conclusiones objetivas sobre los efectos positivos y negativos del cannabis. Incluso, algunos estudios han sugerido que el tetrahidrocannabinol (THC), el elemento psicoactivo de la marihuana, podría contribuir a la eliminación de las placas tóxicas en el cerebro.
En el caso de los cannabinoides, existen investigaciones que han corroborado la efectividad de estos compuestos para combatir la neuroinflamación y el estrés oxidativo. De esta forma, podrían ser aliados valiosos para retrasar la muerte neuronal a medio y largo plazo. Esta es la razón por la que el CBD ha ganado protagonismo para tratar la sintomatología, sin embargo, existen muchas variables que considerar. Entre ellas, se encuentran la condición particular del paciente y la fase de la enfermedad en la que se inicia el tratamiento.
En conclusión, el uso del cannabis en tratamientos contra el Parkinson y Alzheimer debe ser acompañado por un especialista. Esto se debe a que no existen suficientes estudios clínicos que permitan extraer conclusiones 100% certeras sobre sus efectos positivos y negativos. Por ende, su consumo tiene que estar recetado por un experto, quien podría recomendar o no su uso en un caso particular, además de monitorear sus efectos en el paciente.