Existe la idea equivocada de que para lucir una piel radiante necesitas una gran inversión y mucho tiempo disponible. Aunque existen productos increíbles que ayudan a alcanzar ese objetivo, también puedes lograr resultados óptimos con buenos hábitos y el uso de cosmética básica. Por este motivo, te presentamos consejos para cuidar la piel sin tener que someterte a un proceso intensivo de belleza o productos costosos.

El secreto para lucir una piel en perfectas condiciones está en llevar un estilo de vida saludable, una correcta hidratación, una limpieza profunda y el uso de protección solar. Si actúas sobre esos ejes, lo más probable es que retrases el envejecimiento natural, además de evitar la aparición de problemas o enfermedades cutáneas.

El verdadero desafío está en adoptar estos consejos y convertirlos en hábitos diarios. Es necesario que tengas un fuerte compromiso para modificar aspectos clave de tu día a día. Aunque puedes pensar que no tiene relación alguna, una dieta saludable repercute de forma notable en el aspecto de la piel.

A continuación, te presentamos los consejos básicos para cuidar la piel sin que tengas que gastar demasiada pasta.

¿Cómo cuidar mi piel de forma efectiva?

Limpiar el cutis dos veces al día

La limpieza adecuada de la piel es clave para mitigar los efectos secundarios de la cosmética. Incluso si utilizas productos orgánicos, es importante que trates de limpiar tu cutis al menos dos veces al día. Lo ideal es utilizar un limpiador de marcas de calidad como skin clinic durante las mañanas y las noches. Si al final de la jornada deseas completar el efecto con un tratamiento reparador, puedes hacerlo para mejorar los resultados.

Si no limpias tu rostro al iniciar y terminar el día, contribuyes a la obstrucción de los poros. Eso quiere decir que habrá una disminución de oxigenación y, por consecuencia, la aparición de señales de envejecimiento como líneas de expresión y arrugas.

Usar crema hidratante

Después de la limpieza matutina, debes aplicar la crema hidratante que corresponda a tu tipo de piel. Piensa que las condiciones ambientales reducen de forma natural la humedad cutánea, por lo que es necesario usar esta clase de productos para mantener una adecuada hidratación.

Te sugerimos aplicar suficiente crema, pero tampoco excederte en la cantidad. Un error común es pensar que entre más producto utilicemos mejor lucirá la piel. Dado que las cremas faciales cuentan con una concentración elevada de sustancias, la aplicación excesiva puede tener efectos contraproducentes.

Aplicar protector solar

Entre los consejos para cuidar la piel está el uso de protector solar. Esto no es opcional, como piensan algunos. Es urgente que las personas entiendan que deben protegerse del efecto cada vez más dañino de los rayos solares. Los protectores solares tienen ingredientes que evitan la penetración sobre la piel.

Una recomendación es que pruebes diferentes protectores, ya que algunos de ellos podrían no combinarse de buena forma con el tono de la piel o el maquillaje. Quizá necesites un proceso de prueba y error antes de encontrar el que mejor se adapta a tu caso.

Tener una dieta saludable

Haz un esfuerzo por adoptar una dieta saludable. Parece un consejo gastado, pero no por ello es menos efectivo o verdadero. Una alimentación basada en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras ayuda a que la piel tenga los nutrientes necesarios para mantenerse en buen estado.

Si bien no existe una asociación científica concreta entre la dieta y problemas como el acné, existen investigaciones que sugieren que los alimentos ricos en grasas y carbohidratos procesados contribuyen a su aparición. El consumo elevado de agua también ayuda a mantener la piel hidratada.

Aprender a manejar el estrés

Las situaciones de estrés pueden derivar en problemas cutáneos. Desafortunadamente, las preocupaciones de trabajo o personales suelen tener efectos secundarios sobre el bienestar. Una consecuencia frecuente de los altos niveles de estrés es la alteración del sueño. No dormir lo suficiente ocasiona que la piel se vuelva más sensible e, incluso, existe la posibilidad de desarrollar un problema de acné o irritación extrema en zonas determinadas.