Reformar el suelo del hogar es una decisión importante, pero que vale la pena si quieres un cambio radical en tu casa. El problema es que muchas personas desconocen algunos aspectos clave para facilitar el proceso. Incluso si contratas a expertos para hacer el trabajo, es fundamental que conozcas los pasos que seguir para evitar contratiempos.
La decoración y renovación de interiores es una actividad gratificante; sin embargo, implica algunas incomodidades para la familia que vive en el espacio en remodelación. Cuando se lleva a cabo una reforma de suelos, lo ideal es que dure el menor tiempo posible. Finalmente, es un trabajo de construcción que desatará un caos en tus habitaciones.
A continuación, te presentamos cuáles son las consideraciones y factores básicos que debes tener en cuenta pare reformar el suelo del hogar. Es importante aclarar que el asesoramiento técnico te facilitará las cosas, aunque deberás informarles sobre todas tus inquietudes y dudas antes de que empiecen a distribuir el mortero anhidrita, los pavimentos o las piezas de azulejo.
¿Cómo reformar el suelo del hogar?
Elegir el suelo nuevo para cada habitación
Antes de que los trabajadores acudan a tu vivienda para la renovación, te recomendamos tener listas las piezas del nuevo suelo que colocarás en cada habitación. De igual manera, te recomendamos platicar previamente con el responsable de la obra, a fin de conocer la viabilidad del proyecto. Aquí puedes obtener valiosas recomendaciones sobre el tipo de suelo que podrías colocar, los inconvenientes de optar por materiales determinados y otras sugerencias.
Tómate el tiempo que necesites para escoger el suelo de tu preferencia, ya que estas renovaciones duran varios años. Además, considera las características, ventajas y desventajas de cada material. Existen superficies que, incluso, elevan el precio de reventa de una casa. Evalúa la facilidad de limpieza, la dureza, la resistencia y, por supuesto, el diseño.
Levantar el suelo viejo y ejecutar reparaciones
El primer paso consiste en levantar y retirar el suelo viejo. Esta es una excelente oportunidad para la revisión del contrapiso. Los trabajadores de la construcción tendrán que evaluar con detenimiento si existen grietas, señales de humedad o fracturas. En caso de haber esta clase de deterioro, se deberán realizar las reparaciones adecuadas.
Gran parte del éxito de reformar el suelo del hogar es el acondicionamiento de una buena base. El contrapiso debe estar en buenas condiciones y nivelado para disfrutar de suelos que resistan a largo plazo.
Instalar calefacción por suelo radiante (si aplica)
En años recientes, el llamado suelo radiante ganó popularidad como una alternativa para la calefacción de interiores. Si optas por este sistema, debes informarlo con anterioridad al responsable del trabajo de construcción. Este tipo de calefacción se instala bajo el suelo, a fin de lograr una regulación homogénea de la temperatura.
Sin embargo, esto implica que tendremos una fuente de calor en la parte baja, por lo que deberemos elegir el material más conveniente para ello. Recuerda que no todos los tipos de suelos responden de la misma manera ante las temperaturas elevadas.
Colocar suelo nuevo
Tras realizar todo lo anterior, habrá llegado el momento de instalar el suelo nuevo en cada una de las habitaciones. Si elegiste pisos de tarimas, la colocación puede ser bastante sencilla, ya que algunas utilizan el sistema de clip. El resto de materiales requiere de un trabajo especializado, por lo que debe realizarlo una persona con conocimientos y experiencia.
Nuestra sugerencia es que siempre contrates a profesionales para este tipo de trabajos. Incluso aunque tengas idea sobre los pasos que seguir, quizá no dispongas de la herramienta ni tengas la práctica necesaria. A ello, debes considerar que ellos pueden terminar un trabajo complejo en pocos días, algo que te permitirá disfrutar de tu hogar renovado de forma casi inmediata.
Limpiar y pulir
Una vez que terminen los trabajos para reformar el suelo del hogar, debes enforcarte en su limpieza profunda. Es posible que la apariencia inicial no te impresione tanto, pero seguro es porque hay una capa de polvo y manchas que debes retirar.
El primer paso es quitar todo el polvo derivado de los trabajos de construcción, para después remover las manchas causadas por materiales con mayor adherencia. El agua con jabón ofrece resultados fantásticos, pero también puedes comprar productos especiales para obtener el máximo brillo.