Si conoces cómo funciona el sistema de calefacción de tu vivienda, estarás un paso más cerca de respetar el programa adecuado de mantenimiento. Por ejemplo, la mayoría de las personas no saben qué es un quemador, ni la importancia de este componente para disfrutar de una adecuada calefacción o agua caliente sanitaria en la casa. Una falla o desperfecto en esta pieza y el confort al interior del hogar se verá afectado.
Para entender cuál es el funcionamiento básico de los quemadores calefacción, el primer paso es conocer las partes que integran una caldera o generador de calor. Como sabrás, estos equipos son capaces de producir calor a través de la quema de combustible en su interior, para después transmitirlo a un fluido (agua en la mayoría de los casos). Te presentamos los elementos que forman parte de una caldera:
- Quemador
- Cámara de combustión
- Circuito de humos
- Caja de humo
- Retorno de agua
- Salida de agua
- Circuito de agua
¿Para qué sirve el quemador?
Como podemos deducir por su nombre, la función principal del quemador consiste en “quemar” un combustible mediante el contacto con un comburente. De esta forma, podemos asumir que es el dispositivo encargado de juntar el combustible con el aire para generar la llama necesaria en un proceso de combustión. La mezcla de ambos elementos se lleva a cabo a través de los orificios que se ubican en la cabeza del quemador.
El tamaño de un quemador de un sistema de calefacción dependerá de su función y perfil de uso. Por ejemplo, hay quemadores de dimensiones compactas que se utilizan con frecuencia en trabajos de laboratorio. Los de tamaño mediano los hallamos en las calderas de uso doméstico, mientras que los de grandes dimensiones son fabricados para sistemas de carácter industrial.
Además de ser el responsable de la mezcla, el quemador se encarga de regular la llama acorde a los requerimientos y necesidades del sistema de calefacción. Este trabajo lo realiza a través de un control electrónico de válvulas y bombas de impulsión.
Te compartimos cuáles son las partes que componen a un quemador:
- Cabezal de combustión
- Circuito hidráulico o de combustible
- Bomba de combustible
- Boquilla
- Circuito eléctrico
Tipos de quemadores para calefacción
Existen varias formas de clasificar los quemadores que se usan en los sistemas de calefacción. Por ejemplo, se pueden agrupar según el combustible que utilizan, la tecnología empleada y el espacio de uso. La clasificación más popular es la primera:
- Quemadores de gasoil: Utilizan gasoil para su funcionamiento, combustible también conocido como gasóleo o diésel. En la actualidad, se trata del más utilizado en la categoría de los combustibles líquidos para calderas. Por ende, esta clase de quemadores también son los más comprados en el mercado.
- Quemadores de gas: Funcionan con base en un combustible que se encuentra en estado gaseoso. En dicha categoría entran los quemadores que usan gases como el propano y el butano, así como el gas natural, el hidrógeno, el gas de alumbrado y el gas de agua. Una de sus ventajas sobre los combustibles líquidos es que arden con mayor rapidez y facilidad.
- Quemadores de biomasa: Se tratan de los quemadores más ecológicos porque utilizan biocombustibles para llevar a cabo el mismo proceso. Esto quiere decir que se emplean elementos o residuos naturales para la producción de la llama, la combustión y la generación de calor. Por ejemplo, la lista incluye aserrín prensado, bioetanol, desechos orgánicos como cáscaras de frutas, etc.
¿Cómo es el mantenimiento de un quemador?
Como todo, el quemador del sistema de calefacción requiere someterse a mantenimiento periódico. La intención es evitar averías y prolongar su tiempo de vida útil; sin embargo, este proceso debe ser realizado por personal certificado. Aunque pueda parecer que dicho componente no presenta ninguna falla, el mantenimiento preventivo permitirá obtener máxima eficiencia y eliminar el problema de los consumos excesivos.
Durante las revisiones y ajustes, los expertos llevarán a cabo una revisión de los componentes de seguridad y control, la limpieza y ajuste del quemador, la comprobación de que no haya obturaciones en la tubería de alimentación del combustible, la limpieza del filtro para evitar impurezas, el cambio de la boquilla, la limpieza del cabezal de la combustión y la fotorresistencia.