La historia de la medicina ha estado marcada por algunos crímenes atroces y episodios vergonzosos. Es escalofriante pensar que existen profesionales de la salud capaces de causar daño intencional a sus pacientes para ganar fama, enriquecerse y satisfacer su ego. Uno de los capítulos más oscuros es el del Dr. Paolo Macchiarini, cuyos crímenes abominables llegaron al streaming en la serie documental de Netflix, El gran cirujano del engaño.
Bajo el titulo original de Bad Surgeon Love Under the Knife, esta miniserie televisiva de tres capítulos nos dejó pasmados. Si el nombre te parece familiar, se debe a que el escándalo de Macchiarini no tiene mucho de haber ocupado las portadas de los diarios. Este sujeto trató a sus pacientes como “ratas de laboratorio” para llevar a cabo experimentos quirúrgicos con órganos artificiales.
¡Pero eso no es lo que más sorprende! El documental nos dejó sin habla porque cuesta trabajo creer que todos se tragaran el engaño. No estamos hablando solo de una periodista que se enamoró perdidamente, sino de eminencias en el campo de la salud, instituciones reconocidas y gobiernos enteros. El caso de Paolo Macchiarini es estremecedor porque al final nos topamos con una dolorosa verdad: lo más probable, es que nosotros también le hubiéramos creído.
¿De qué trata El gran cirujano del engaño?
El gran cirujano del engaño cuenta la historia real del Dr. Paolo Macchiarini y sus controversiales procedimientos quirúrgicos sobre medicina regenerativa. Este sujeto ganó reputación y elogios a nivel global por ser considerado pionero en el desarrollo de los primeros órganos de plástico. La muerte de varios de sus pacientes, así como los hallazgos que confirmaron su falta de ética y la red de mentiras que tejió en todos los aspectos de su vida, terminaron exhibiendo una de las mayores farsas en la historia de la medicina.
La sinopsis oficial de Netflix dice:
“Esta extraordinaria serie documental de tres partes sobre el famoso cirujano Paolo Macchiarini tiene de todo: ciencia, delitos, amor, ética dudosa. Macchiarini se convirtió en un profesional de renombre internacional por crear los primeros órganos sintéticos. Años después, lo acusan de ser un farsante y un fantasioso. Esta producción, que incluye revelaciones inéditas y testimonios exclusivos de familiares de las víctimas, su exprometida y varios colegas que lo denunciaron, sigue de cerca la incansable lucha por llevar al cirujano ante la justicia”.
¡Llegó el momento de decirte lo que más nos gustó y lo que nos desagradó de esta serie documental!
Reseña de El gran cirujano del engaño
Lo que nos gustó
Saltos ágiles entre su vida personal y profesional
Moverse entre la vida personal y profesional de Macchiarini no fue una misión sencilla para Ben Steele. Es verdad que esos saltos son perceptibles en varias ocasiones, pero sencillamente creemos que logra resolverlo de una manera destacada. Percibimos el esfuerzo del también director por mostrar cómo ambas facetas estaban contaminadas por la mentira y su egocentrismo.
Por momentos, muchos podrían sentirse atrapados por el engaño contra la periodista Benita Alexander, para después recordar que ese es el menor de los crímenes. Los tubos de plástico expuesto en los cuerpos de sus pacientes, ¡esos son los actos abominables! Pero vaya ser tan despreciable. Es evidente que el director trató de mantener el equilibrio entre estas dos facetas, a veces perdiendo un poco la balanza, pero siempre salvándola a tiempo con algún testimonio doloroso y desgarrador.
Entrevistas auténticas y sinceras
Aquí no hay necesidad de tener un narrador protagonista. Cada uno de los entrevistados cumple esa función y va empujando la historia hacia delante. Por supuesto, se nota la experiencia de su exprometida Benita Alexander en la construcción de esta clase de relatos, pero sus colegas y los familiares de las víctimas también tiran con éxito gracias a su autenticidad.
En un mundo actual donde el hate es la constante en redes sociales, habríamos esperado leer muchos comentarios de crítica contra la periodista. Sin embargo, pocos se atreven a juzgarla por su ingenuidad. Y eso se debe a que es difícil culpar tanto a Benita Alexander como a los familiares de las víctimas por confiar en este hombre. En cualquier caso, los comentarios más duros van contra sus colegas y las instituciones médicas, obligados por su profesión a garantizar que los procedimientos en los que participan se ajustan a los estándares y protocolos pertinentes.
Aún con ello, el director logró mostrar testimonios de antiguos colegas que generan empatía. Esto se debe a que podemos sentir la frustración de haber sido parte del engaño y no haber hecho las preguntas a tiempo.
Una dirección hábil que genera empatía con los afectados
Precisamente, es interesante ver cómo nos envuelven los testimonios de cada uno de los involucrados en el escándalo. Nadie carga contra los familiares de las víctimas, pues ¿cómo culparlos de haber confiado en un cirujano de tal renombre? En lo particular, nos generó mucha consternación escuchar los comentarios de los antiguos compañeros de Macchiarini. Ellos se desencantaron de forma paulatina hasta vislumbrar los crímenes, reuniendo la valentía y pruebas necesarias para exhibirlo. ¿Cómo no compartir su coraje y decepción al ver que el Instituto Karolinska se volteaba contra ellos?
Acusaciones contra los encubridores
Otro punto positivo es que el documental también alza la voz contra el Instituto Karolinska. Los esfuerzos para encubrir a Macchiarini por parte de dicho organismo son desesperanzadores.
El centro médico, uno de los más importantes del mundo, decidió tapar a un farsante con la esperanza de que los rumores se disiparan. Esta clase de hechos son los que siembran mucha desconfianza en la población, que reafirma la idea de que los intereses de unos cuantos siempre serán antepuestos por sobre la vida de los más vulnerables.
Videos reveladores
La serie documental El gran cirujano del engaño utiliza cintas sobre los procedimientos quirúrgicos que realizó Macchiarini. Estas grabaciones le dan muchísima fuerza al relato, pues vemos al médico confiado y cínico previo a las operaciones. Este es un tipo que negaba la existencia de Dios para elevarse a sí mismo a ese nivel en cada frase de manipulación.
Las cintas muestran a un hombre amable, encantador y que imponía respeto. Es fácil entender cómo logró engañar a una periodista de la experiencia de Benita Alexander, pero también a científicos que llegaron a confiar ciegamente en su cirugías con órganos artificiales y células madre.
Lo que no nos gustó
Poca profundidad sobre el escándalo en el Instituto Karolinska
La miniserie de Netflix reparte culpas entre los directivos del Instituto Karolinska, pero creemos que el director de la serie debió ser más despiadado con ellos. En última instancia, eran quienes debían ponerle un freno a este sujeto, pero, como siempre, prefirieron proteger sus cabezas.
Quizá la serie merecía un capítulo adicional donde se contara con mayor detalle la manera en la que Macchiarini engañaba a otros médicos. Tampoco habría estado mal un episodio dedicado al comportamiento poco ético del organismo sueco cuando se enteraron del fraude.
Un poco sensacionalista, pero funciona
La serie documental tiene un tratamiento que, por momentos, se siente que abusa del sensacionalismo. Sin embargo, creemos que maneja una dosis adecuada de dicho ingrediente, pues estamos convencidos de que alimentará la curiosidad de aquellos que no estaban relacionados con la historia del Dr. Paolo Macchiarini. Asimismo, abona mucho a su ritmo dinámico y ágil, pues apenas termina un episodio ya sentimos la impetuosa necesidad de dar Play al siguiente.
¿Vale la pena ver El gran cirujano del engaño?
Sí, vale la pena ver El gran cirujano del engaño, incluso si ya conocías el caso del Dr. Paolo Macchiarini. Los testimonios inéditos de la serie documental permiten abordar la historia desde otras perspectivas.
La combinación del drama romántico y los crímenes abominables en el campo de la medicina regenerativa le dan gran ritmo y carácter. Por supuesto, no es una historia que tenga un final feliz. De hecho, sucede todo lo contrario; la última escena es terriblemente desgarradora.
Saber que este sujeto no ha perdido su licencia médica es denigrante para las familias de las víctimas. Las sentencias ridículas en su contra nos recuerdan que las heridas causadas por este demonio vestido de ángel siguen abiertas.
Por todo lo anterior, nosotros le damos una calificación de 4/5 estrellas. Sabemos que faltan muchas piezas en este rompecabezas, pero creemos que la serie documental tiene un guion sólido y una buena dirección. Ninguno de los tres capítulos se siente cansado.
La serie El gran cirujano del engaño es un recordatorio de que debemos ser escépticos ante los tratamientos experimentales. También es un llamado de atención a las autoridades sanitarias para garantizar que esta clase de procedimientos estén sujetos a un escrutinio más severo. En el mundo de la medicina, también hay hombres sin escrúpulos capaces de arrebatar vidas e infligir el peor de los daños.
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