Las consolas de videojuegos más famosas del mundo son tres: la PlayStation 5, la Xbox Series X/S y la Nintendo Switch. El mercado tiene como protagonistas a Estados Unidos y Japón. Para tratarse de una industria tan fuerte, debería haber mayores intentos para crear otros equipos. Rusia pretende hacerlo y entrar a la guerra gamer con sus propias consolas de videojuegos. ¿Qué podemos esperar de esta campaña? ¿Tendrá éxito?
Rusia tiene como objetivo alcanzar una mayor independencia y autosuficiencia en el sector gamer. Tiene todo el sentido si consideramos que el mercado gamer tuvo un valor de alrededor de 200,000 millones de dólares durante el año pasado. Esto es un desafío abierto a Occidente que deberíamos considerar dentro de las consecuencias de la invasión a Ucrania.
Tras estallar el conflicto armado, varias empresas de la industria gamer bloquearon al mercado ruso como medida de presión. Esto no ocurrió solo en dicho sector, sino que las medidas se dejaron sentir en otras áreas de la economía. Ante ello, el gobierno de Vladímir Putin contempló incrementar los esfuerzos para armar una industria gamer independiente tanto a nivel de software como de hardware. Allí es donde entrar a escena las consolas de videojuegos fabricadas en Rusia.
Hay que resaltar que el presidente Putin fue quien giró la instrucción de manera formal. En el comunicado, se prevé que la primera consola de videojuegos desarrollada totalmente en Rusia esté lista para 2026 o 2027. Es probable que su lanzamiento tenga lugar al mismo tiempo que el estreno de las nuevas generaciones tanto de la PlayStation como de la Xbox.
Rusia quedó fuera del mapa gamer
Rusia es un mercado importante para la industria gamer, ya que es el hogar de millones de jugadores ávidos. Muchos actores importantes decidieron abandonar el territorio y suspender sus servicios como reclamo a la invasión armada en Ucrania. La salida del país tuvo lugar a la par de otras grandes compañías tecnológicas, como parte de sanciones y medidas de presión para que Moscú recapacitara sobre sus acciones bélicas.
En las semanas posteriores a la invasión, gigantes del sector respondieron con apoyos y donaciones para las víctimas de Ucrania. Entre ellos, estuvieron firmas como The Pokemon Company, SEGA y Remedy Entertainment. De igual manera, las principales editoras y publicadores decidieron darle la espalda a Rusia, cortando las ventas a los jugadores que se encuentran dentro de sus fronteras.
Entre las empresas cuya salida de Rusia causó mayor ruido estuvieron Nintendo, Sony, Microsoft, Electronic Arts, Activision Blizzard, Epic Games, Take-Two Interactive, Ubisoft y CD Projekt Red.
Podría parecer una de las consecuencias menores de la guerra, pero la realidad es que golpear la industria gamer en Rusia es una medida dura. De acuerdo con los analistas Newzoo e IDG Consulting, el mercado de juegos de Rusia es el 15º más grande de todo el mundo. En ese momento, estaba valorado en alrededor de 3,400 millones de dólares. Eso explica por qué algunas empresas gamer tardaron más que otras en cortar las ventas dentro del país.
¿Cuáles son los objetivos de Rusia con la fabricación de sus propias consolas de videojuegos?
El gobierno de Vladímir Putin quiere que su industria gamer sea capaz de fabricar sus propias consolas por varias razones. Entre las que vienen a nuestra cabeza, se encuentren:
- La reducción de la dependencia de Rusia de las empresas gamer instaladas en Estados Unidos y sus aliados. De forma concreta, desea brindar una alternativa de hardware y software a lo que emana de Sony, Microsoft y Nintendo. Esto tiene que ver directamente con sus planes de fomento a la independencia tecnológica y económica.
- La fabricación de sus propias consolas y mantener las operaciones con un férreo control informático evitaría que los datos de sus usuarios fueran utilizados por parte de los rivales geopolíticos.
- Putin y su gobierno tendrían una herramienta más potente para la promoción de la cultura e identidad rusa. Quizá esto suena demasiado extremo, pero la mayoría de los líderes ven en los medios, la literatura y los videojuegos herramientas de adoctrinamiento cultural. Entonces, nadie debería sorprenderse de que las consolas de Rusia lleguen con títulos para fomentar el patriotismo entre los jóvenes rusos.
- Rusia tendría mayor influencia a la hora de controlar el contenido de los videojuegos, a fin de que fueran compatibles con los valores que promueve el Kremlin.
Pero ¿tendrá éxito el plan de Rusia de producir sus propias consolas de videojuegos? Esto dependerá de tres factores primordiales: La calidad de las consolas y los videojuegos, el apoyo del gobierno y la demanda del mercado. Por otro lado, las empresas rusas que formen parte de este plan se enfrentarán a una fuerte competencia contra compañías que tienen varios años de recorrido en el mercado.
¿Te comprarías una consola fabricada en Rusia? Te leemos en las redes sociales y la zona de comentarios.