La Unión Europea (UE) tomó una determinación y dio un golpe con aranceles a los fabricantes de coches eléctricos chinos. Después de una exhaustiva investigación, Bruselas decidió imponer nuevas cargas arancelarias a la importación de estos vehículos. Hace algunas semanas, el bloque movió sus regulaciones para proteger a la industria local, pero todavía había margen para dar marcha atrás al tratarse de una medida temporal bajo revisión.
Tras la publicación de un informe en el Diario Oficial de la UE, la región determinó que esos aranceles provisionales entrarán en vigor a partir del día de mañana. La noticia ha caído como balde a agua fría para las marcas chinas, las cuales desplegaron desde hace un par de años una campaña agresiva para conquistar el viejo continente y otras regiones del mundo. Esto supone una traba importante porque golpea su mayor ventaja competitiva: el precio.
¿Cuáles son los aranceles contra las importaciones de coches eléctricos chinos?
Según los informes, la UE ha establecido unos aranceles que se aplicarán tanto a los vehículos eléctricos como a las baterías procedentes de China. Estas medidas proteccionistas tienen como objetivo defender a la industria automotriz europea, que está realizando grandes inversiones para electrificar su producción. Al parecer, los fabricantes chinos reciben sustanciosas subvenciones gubernamentales, lo que les permite vender a precios más bajos en el mercado europeo.
A pesar de que hubo modificaciones en los aranceles provisionales anunciados en la primera instancia, no son significativos. Por ejemplo, Europa bajó los aranceles en 37.6% en comparación con el 38.1% inicial. El bloque comunitario recalcó que estas medidas impositivas tienen la intención de crear condiciones equitativas para que los fabricantes locales puedan competir.
Acorde con los lineamientos actuales, BYD tendrá que pagar aranceles de 17.4%; Geely, de 19.9%, y SAIC, de 37.6%. Hay que aclarar que los nuevos aranceles se sumarán a los cargos aduaneros del 10% que pagaban hasta la fecha. Por otro lado, las marcas que cooperaron con la investigación, pero sin tratamiento individual como Tesla y BMW, deberán pagar un arancel del 20.8%. Las marcas que se negaron a cooperar con el bloque tendrán que lidiar con el arancel de 37.6%.
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, escribió en un comunicado:
“Nuestra investigación concluyó que los coches con baterías eléctricas producidos en China se benefician de un sistema de subvenciones injustas que amenaza con provocar un daño económico a las marcas de coches de la Unión Europea. Seguimos negociando intensamente con China para llegar a una solución mutuamente aceptable”.
¿Cuál podría ser la respuesta de China?
Tras aprobarse los nuevos aranceles de la Unión Europea contra los coches eléctricos chinos, queda la pregunta: ¿cómo reaccionará China ante esta decisión de la UE? Pekín no se quedará de brazos cruzados. Es posible que el gigante asiático tome represalias y aplique sus propios aranceles a productos europeos. Esto podría desencadenar una escalada en la guerra comercial entre ambas potencias. ¡Hay que estar atentos!
Es interesante ver que incluso marcas como Volkswagen están en contra de las medidas de la Unión Europea. En un comunicado, expresó:
“El momento de la decisión de la Comisión Europea es perjudicial para la débil demanda actual de los coches eléctricos en Alemania y Europa. Los efectos negativos de esta decisión superan cualquier beneficio para la industria automovilística europea y, especialmente, para la alemana. El Grupo Volkswagen está aceptando con confianza la creciente competencia internacional, incluso la de China, y ve esto como una oportunidad, lo que también beneficia a nuestros clientes”.
Reflexión personal: China, el gigante que teme la industria local
La Unión Europea parece estar cada vez más preocupada por el avance imparable de China en el sector de los coches eléctricos. Y no es para menos, pues los fabricantes chinos han logrado una posición dominante en el mercado global.
La preocupación es genuina y válida, pero tiene mucho sentido el reclamo de Volkswagen. El momento no podría ser menos oportuno, ya que la demanda de coches eléctricos en la región se ha resentido en los últimos meses. Dificultar las cosas para los fabricantes chinos, que figuran como primera opción para varios consumidores, podría tener un efecto contraproducente.
Bruselas busca proteger a su industria automotriz local, que está realizando un esfuerzo enorme para electrificar su producción. Esa es la consigna, incluso, si se molesta al mayor proveedor de componentes automotrices y otras industrias a nivel internacional
¿Será esta una batalla que la UE pueda ganar?
