Los responsables de poner a salvo a las personas fueron francotiradores de élite de la Policía de Brasil. Los hechos ocurrieron en Río de Janeiro.
No hay duda de que este mundo cada vez está más lleno de locos. Un hombre armado tomó como rehenes a los pasajeros de un autobús en Río de Janeiro. Fueron casi 4 horas de angustia para quienes iban a bordo del transporte, el cual se quedó estacionado en un puente de la ciudad brasileña.
Después de evaluar todas las opciones, la Policía de Brasil procedió a ejecutar una maniobra de alto riesgo. Utilizó francotiradores para abatir al sujeto y poner a salvo a las personas. El coronel Mauro Fliess informó que no tuvieron más remedio que disparar contra el agresor.
La toma de rehenes tuvo lugar alrededor de las 5:30 tiempo de Río de Janeiro. Inicialmente, se pensó que solo eran 16 civiles los que iban en el autobús, pero resultaron ser 31. Durante el lapso que duró la toma de rehenes, se liberaron a 6 civiles.
La negociación fracasó en Río de Janeiro
La Policía de Brasil trató de negociar con el secuestrador, quien tenía un bidón de gasolina y una pistola. El individuo había amenazado con prenderle fuego a la unidad y dejar que todos murieran quemados.
“La prioridad absoluta es la protección de los rehenes”, escribió en su Twitter el gobernador del Río de Janeiro, Wilson Witzel.
Varias personas observaban desde la distancia la dramática situación. Cuando se escucharon los disparos de los francotiradores de la Policía y el hombre cayó al suelo, la gente no pudo evitar aplaudir porque el terror había acabado para los rehenes.
Los primeros testimonios señalan que el agresor fue identificado como un policía militar, sin que hasta el momento hayan sido revelados los motivos del secuestro.
Con información de El Informador