Todos hemos escuchado hablar de las ciudades inteligentes y sostenibles. Cada vez existe mayor consciencia sobre la importancia de transitar a esquemas urbanos más eficientes que mejoren la calidad de vida de los habitantes. Durante las últimas décadas, la construcción de espacios comunes en proyectos residenciales y arquitectónicos ha cobrado mayor impulso. Definitivamente, es una tendencia que llegó para quedarse.
Antes de adentrarnos en los beneficios que ofrecen las áreas comunes, incluyendo las amenidades para departamentos, es importante conocer qué es el diseño urbano. Existen múltiples definiciones de este concepto, por lo que decidimos rescatar lo más importante de cada una de ellas para lograr un entendimiento amplio e integral.
“El diseño urbano es un campo multidisciplinario que tiene como objetivo la creación, el desarrollo y el mejoramiento de las ciudades o entornos que comparten características similares (ciudades grandes o pequeñas). Otro de sus objetivos primordiales es alcanzar la sostenibilidad, pero también promover la eficiencia inversora y técnica, la armonía estética y el bienestar general de las personas”.
En términos prácticos, los especialistas dedicados al diseño urbano no solo intervienen en el desarrollo de edificios, zonas residenciales, áreas públicas o calles, sino que forman parte de todos los procesos de la creación de los entornos. Así es cómo intervienen en tareas de arquitectura, planificación urbana, funcionalidad y sostenibilidad.
¿Por qué los espacios comunes están en auge?
En la actualidad, es bastante común ver áreas y espacios comunes en proyectos de diseño urbano. Figura como una respuesta natural ante la creciente densidad de las ciudades, una solución ante el aumento de la población. Sin embargo, esta no es la única explicación para entender su popularidad.
El cambio climático también es un factor que está empujando a los gobiernos y el sector inmobiliario a adoptar un enfoque sostenible. Los actores e industrias involucradas confluyen en la necesidad de crear ciudades verdes y eficientes, a fin de poner su granito de arena para mitigar los efectos del cambio climático. Por ende, vemos proyectos basados en la recuperación y la creación de espacios que fomentan el contacto con la naturaleza, pero que también reducen el consumo de energía, el tráfico vehicular y hasta el gasto de agua.
Otro motivo por el que los espacios comunes ganan presencia en los proyectos urbanos es el bienestar comunitario, los beneficios en materia de movilidad y accesibilidad, y el fomento de la participación ciudadana. Asimismo, estas áreas comunes pueden embellecer las ciudades, promover la identidad cultural y, por supuesto, adecuarse a estilos de vida activos que demandan múltiples servicios.
¿Cómo los espacios comunes mejoran la calidad de vida?
En este apartado, te presentaremos los beneficios y ventajas que ofrecen los espacios comunes en los proyectos de desarrollo urbano.
Interacción social y mejores relaciones interpersonales
Las personas que viven en edificios o fraccionamientos con áreas compartidas se encuentran en un entorno que promueve la interacción social. Los espacios comunes como jardines, patios, áreas de juego, gimnasios, lavanderías, terrazas o albercas están diseñados para fomentar las conversaciones y las relaciones interpersonales. Si están bien diseñados, estas áreas ayudan a fortalecer el vínculo y a sostener relaciones sanas con los vecinos. Al mismo tiempo, los espacios comunes crean un sentido de pertenencia.
Estilo de vida saludable
Hay diferentes estudios que corroboran que las zonas residenciales con espacios comunes alientan a la gente a tener un estilo de vida activo y saludable. Si has visitado proyectos urbanísticos de este tipo, te habrás dado cuenta de que suelen incluir instalaciones para el ejercicio. Estas áreas pueden ser desde gimnasios hasta canchas deportivas, senderos para caminar o albercas privadas. Gracias a la cercanía de dichas instalaciones, los habitantes pueden adaptar con mayor facilidad su rutina.
Ahorro de tiempo y dinero
Este beneficio está asociado en cierta medida al anterior. Por ejemplo, los residentes con acceso a espacios deportivos en su zona residencial pueden realizar actividades físicas sin un costo adicional o por una cantidad mínima en comparación con lo que gastarían en servicios exteriores. Es decir, no tienen necesidad de pagar costosas membresías en clubes o gimnasios ubicados otras áreas de la ciudad. Asimismo, ahorran en gastos de transporte, ya que dichos proyectos suelen tener un gran catálogo de servicios en las cercanías o dentro de los mismos inmuebles.
Mayor valor de la propiedad
Una vivienda dentro de un proyecto urbano con áreas compartidas tiende a tener un mayor valor de propiedad. ¿Cuáles son las razones? Los espacios comunes aumentan el atractivo, ya que son garantía de un estilo de vida más conveniente, saludable y agradable. En el mercado inmobiliario, dichas viviendas suelen aumentar su valor de reventa debido a que existe una demanda constante por este tipo de casas.
Sostenibilidad y eficiencia energética
Otro de los beneficios de los espacios comunes es que ayudan a un desarrollo urbano sostenible. Las instalaciones compartidas permiten a varios hogares disfrutar de un mismo recurso, lo que reduce el consumo de materiales y energía en comparación con la construcción de amenidades individuales. Asimismo, disminuyen el uso del automóvil y promueven las caminatas o el uso de vehículos no contaminantes como bicicletas o scooters eléctricos. De igual forma, esta clase de proyectos inmobiliarios consideran obligatoriamente la colocación de jardines, parques y áreas verdes, espacios que promueven una cultura de respeto a la biodiversidad.
Conclusión
En un mundo donde la urbanización avanza a pasos agigantados, la incorporación de espacios comunes en los proyectos de diseño urbano se presenta como una solución integral para enfrentar los desafíos contemporáneos. Estas áreas no solo fomentan la interacción social y el bienestar comunitario, sino que también promueven un estilo de vida más saludable y sostenible. Al ofrecer instalaciones compartidas, se optimiza el uso de recursos y se reduce la necesidad de infraestructuras individuales, lo que contribuye a la eficiencia energética y a la disminución del impacto ambiental.
En definitiva, la tendencia de las ciudades hacia los proyectos con espacios comunes no es solo una respuesta al crecimiento de la población y la demanda de vivienda, sino un paso hacia un futuro más sostenible, humano y de mayor cohesión social.
