La llegada de un bebé al mundo genera una enorme cantidad de dudas en sus cuidadores. Más allá de las atenciones necesarias para garantizar el bienestar del recién nacido, existen otros aspectos igual de importantes que moldearán su desarrollo. Las conexiones emocionales entre el bebé y las personas responsables de su cuidado juegan un papel crucial tanto a corto como a largo plazo. Por ello, la estimulación temprana basada en un vínculo afectivo sólido es indispensable en esta etapa.
Dejar el cuidado de un bebé a la intuición es caminar a ciegas y confiar en la “suerte” de que todo saldrá bien. Convencidos de que los padres siempre buscarán el desarrollo óptimo de sus pequeños, vamos a explorar cómo la combinación del apego seguro y las estrategias de estimulación temprana marcan una diferencia significativa en la vida de un niño. Decisiones que podrían parecer simples como elegir los pañales etapa 1 que utilizará el recién nacido y la calidad de las interacciones cotidianas influyen notablemente en la construcción de este vínculo afectivo.
¿Qué es la estimulación temprana y por qué es importante?
La estimulación temprana ha ganado protagonismo en las últimas décadas, pero todavía hay mucha desinformación sobre el tema. El concepto engloba todas las actividades y técnicas dirigidas a niños desde su etapa de recién nacidos hasta los seis años. Su objetivo es maximizar el desarrollo de sus capacidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales, aprovechando al máximo la plasticidad cerebral y la capacidad de aprendizaje para establecer bases sólidas que ayuden a su desarrollo futuro.
Una idea errónea es creer que la estimulación temprana solo está enfocada en fomentar las habilidades motoras. Su impacto en el desarrollo cognitivo del pequeño es enorme. Combinada con un apego afectivo saludable, las experiencias positivas se quedan guardadas de manera profunda en el cerebro del bebé. La ausencia de estas interacciones y estímulos limita el potencial del recién nacido, teniendo repercusiones en la adolescencia y etapa adulta. Esto se debe a que el cerebro desaprovecha un periodo crucial para el desarrollo de conexiones neuronales.
Si los padres o cuidadores de un bebé adoptan este enfoque, estimularán diversas áreas del cerebro del bebé. En líneas generales, la estimulación temprana contribuye al desarrollo psicomotor y la autonomía personal, el enriquecimiento del lenguaje y la comunicación verbal, así como al cultivo de las habilidades sociales y la capacidad de adaptación al entorno.
¿Qué es el vínculo afectivo y cómo se desarrolla?
Desarrollar un vínculo saludable con el recién nacido debe estar entre las prioridades de los padres y cuidadores. Los psicólogos también usan el término apego seguro para definir el estilo de conexión emocional más adecuado entre padres e hijos. De acuerdo con diversos estudios, comienza a forjarse durante el primer año de vida, basado en la necesidad biológica de supervivencia del bebé y la necesidad psicológica de sentirse seguro.
El apego es el sello distintivo del bienestar emocional, un antídoto contra el trauma y la piedra angular de la resiliencia frente a episodios de frustración. En contraparte, un apego inseguro en la etapa infantil puede derivar en problemas de salud mental y relaciones inestables. La estimulación temprana y el apego seguro son dos conceptos entrelazados que ayudan a configurar la arquitectura cerebral del recién nacido.
Un enfoque popular sobre el apego seguro es el de las 4S, desarrollado por los doctores Dan Siege y la Dra. Tina Payne Bryson. En líneas generales, consiste en lo siguiente:
- Sentirse seguro: Resalta el compromiso de los cuidadores para no ser una fuente de miedo para los hijos. Implica realizar lo necesario con el objetivo de brindarles a los pequeños la sensación de que el hogar es un refugio y que los padres están presentes para protegerlo.
- Ser visto: Consiste en reconocer y validar las experiencias, pensamientos y emociones del niño. Cuando un pequeño se siente escuchado y atendido, desarrolla un sentido de autoestima. Reafirma el sentido de que sus necesidades y sentimientos son importantes.
- Ser capaz de calmar: Los vínculos seguros también dependen de la capacidad de calmar al infante. Engloba acciones para proporcionar consuelo, tranquilidad y apoyo durante eventos o sucesos inesperados. Esto es fundamental para darles una guía sobre cómo regular sus emociones y adoptar mecanismos de afrontamiento saludables.
- Ser confiados: La disponibilidad de los padres y cuidadores alienta el desarrollo de la autoconfianza. Los niños empezarán a comprender que pueden ser vulnerables, pero que eso no implica tener miedo a reconocer sus emociones. Elimina el temor al castigo o rechazo por expresar sus opiniones o sentimientos.
¿Cómo impacta el apego seguro en el desarrollo neuronal del bebé?
Como puedes darte cuenta, el apego seguro tiene un impacto directo en el desarrollo infantil. No es una exageración decir que los primeros años de vida tienen el potencial de definir la vida de una persona, ya que establece el andamiaje sobre el que se construirá su estabilidad emocional. Desde los meses posteriores al nacimiento, el cerebro del bebé sigue creando millones de conexiones neuronales, las cuales se ven influencias por las interacciones que tiene con las personas que le rodean.
Por ejemplo, la respuesta adecuada del cuidador frente al llanto de un bebé suele derivar en la liberación de oxitocina, una hormona que fomenta la calma. De manera paulatina, fortalece las áreas del cerebro asociadas con la regulación emocional y la memoria. Además, un apego emocional saludable refuerza la neuroplasticidad del órgano cerebral, permitiendo que siga creciendo y desarrollándose. En contraparte, un apego inseguro promueve la liberación excesiva de cortisol, alterando de manera negativa el desarrollo cerebral.
Los aportes de Lyons-Ruth a principios de este siglo fueron reveladores por la comparación entre el sistema inmunológico con el sistema de apego afectivo. Mientras que el primero se encarga de combatir la amenaza constante de la enfermedad física, el segundo es el responsable de repeler el estrés, la ansiedad y las emociones que suelen tener un impacto negativo en la vida de las personas. Si no funciona de manera adecuada, existe una posibilidad elevada de desarrollar varios tipos de trastornos.
Los estudios más recientes muestran que las interacciones tempranas basadas en el apego seguro impactan en el desarrollo de áreas como la corteza prefrontal, la cual influye en funciones ejecutivas como la toma de decisiones y la capacidad para resolver problemas. Además, afecta de forma positiva la amígdala, una estructura subcortical responsable de la gestión de las emociones.
Beneficios a largo plazo del vínculo afectivo en la infancia
A continuación, te presentamos 10 beneficios a largo plazo de construir un vínculo afectivo entre padres e hijos desde los primeros meses de vida.
- Mayor estabilidad emocional
- Relaciones interpersonales saludables
- Mejor salud mental
- Fuertes habilidades sociales
- Mayor éxito académico y profesional
- Autonomía y confianza en sí mismos
- Mejor salud física
- Capacidad para manejar el estrés
- Patrones de crianza positivos
- Autoestima fuerte y estable
La clave está en comprender el impacto que tienen las interacciones entre padres/cuidadores con los recién nacidos. No se trata de esperar hasta que cumplan tres, cuatro o cinco años, sino que es fundamental empezar con experiencias positivas desde la etapa de recién nacido.
