Lo más importante
- Las empresas de Rusia revelaron un aumento en las importaciones de procesadores Intel y AMD.
- La versión oficial asegura que hubo una caída superior al 80% de las importaciones de procesadores durante 2024.
- Rusia aprovecha su alianza con otras naciones para obtener los procesadores.
Los procesadores de Intel y AMD siguen llegando a Rusia

Rusia manipula el discurso global con maestría. Le pone y le quita la paleta de la boca a un niño llamado Estados Unidos. Un país que se atreve a invadir otro territorio, poniendo un cuchillo sobre la seguridad europea debe estar confiado en que puede salirse con la suya. Incluso, Rusia está sorteando las sanciones impuestas por Occidente sin apenas resentir el efecto, al menos en lo que respecta al mercado de procesadores de Intel y AMD.
Un informe de la publicación rusa Kommersant reveló que los procesadores de ambos fabricantes han desaparecido prácticamente del territorio. Sin embargo, esta clase de comunicaciones parecen ser una cortina de humo para ocultar la realidad. Los ejecutivos rusos que trabajan directamente en la fabricación de tecnología están contando una historia distinta. No solo las importaciones de procesadores se mantienen, sino que van en incremento.
Mientras uno quiera vender y el otro quiera comprar, será difícil que los productos o servicios no encuentren la grieta para entrar al mercado. De acuerdo con las empresas de Rusia, las importaciones de procesadores al territorio reportan un incremento del 33% en lo que va del año. Las compañías vinculadas al sector deciden costear el aumento de 12% sobre el costo, ya que todavía siguen siendo un gasto asumible.
Pero ¿cómo está obteniendo Rusia esos procesadores?
Triangular es la manera más efectiva de hacer perder el rastro. Los procesadores no arrivan directamente de los países de Occidente, sino que pasan por naciones con las que tienen sólidos vínculos diplomáticos. Uno de los aliados más importantes es China, que les hace llegar cargamentos con procesadores mediante Hong Kong. De igual manera, Malasia e India están poniendo su granito de arena para surtirlos con miles de procesadores.
¿Por qué Rusia no puede prescindir de los procesadores de Intel y AMD?
El contrabando de procesadores de Intel y AMD hacia Rusia no es una idea exótica o difícil de creer. Firmaríamos esa información con los ojos cerrados, ya que no es siquiera un fenómeno nuevo. Ocurre de manera casi institucionalizada en el caso de Rusia y otros territorios. Los mercados negros florecen en tanto sean rentables para la mayoría de las partes. ¿Estados Unidos sabe que ocurre? No tenemos pruebas, pero tampoco dudas.
Los reportes señalan que los procesadores ingresan a territorio ruso con nuevas etiquetas o bajo categorías de productos amplias. No vemos las palabras “procesadores” o “chipsets” en los contenedores, ni en sus empaques individuales. La estrategia o la farsa se completa con el discurso del Servicio Federal de Aduanas de Rusia, organismo que se encarga de revelar importaciones anémicas y en pleno declive.
Rusia, como otros Estados, no puede prescindir de las importaciones de procesadores. Son fundamentales para prácticamente todas las áreas e industrias, no solo la tecnológica. Los chipsets son cruciales para la fabricación de equipos militares y sistemas de defensa, pero también para alimentar los avances en inteligencia artificial, ciberseguridad y comercio electrónico, pilares de la actual economía digital.
Aunque Rusia parece estar resolviendo mediante contrabando y otras técnicas el abastecimiento de procesadores, habrá consecuencias inmediatas provocadas por las sanciones. Los proveedores de tecnología advirtieron a los compradores locales que esperen un incremento en los precios que oscile entre el 10% y el 12%. Entre las causas principales, citaron la inflación y las continuas tensiones entre Estados Unidos y China, las dos potencias que mantienen una férrea guerra comercial.
Producción nacional de procesadores, la otra vía

Las importaciones de procesadores mediante el contrabando están haciendo que Rusia pueda sortear la situación. Sin embargo, Moscú sabe que debe enfatizar en su autonomía tecnológica mediante la producción local. Por ello, el plan es iniciar la fabricación en masa de chips mediante su tecnología de 28 nm para 2030.
De acuerdo con las expectativas, dicha tecnología ayudará a que el desarrollador de procesadores Elbrus, MSCT, pueda construir un procesador de alto rendimiento capaz de satisfacer las necesidades tecnológicas de las empresas locales. El subdirector de Desarrollo de MCST, Konstantin Trushkin, mencionó:
“Esperamos que tales fábricas surjan entre 2028 y 2030 (…) Pero entendemos que no podremos fabricar procesadores basados en la arquitectura del conjunto de instrucciones Intel [x86], porque nadie nos otorgará los derechos para hacerlo. Por lo tanto, los procesadores con diferentes ISA, como Elbrus, serán producidos en fábricas nacionales”.
Trushkin, como otros expertos internacionales, afirman que Rusia está bajo fuerte presión por depender de CPU extranjeros. Además de ofrecer un arma de negociación a sus rivales geopolíticos, plantea riesgos inaceptables de seguridad para sus sistemas de información nacionales. Por ello, la solución más viable es confiar los procesos a nivel de hardware a la producción nacional. Sin embargo, eso establece nuevos desafíos de compatibilidad y optimización.