Nadie sabe qué le depara a Suecia, pero su estrategia para hacer frente a la pandemia del coronavirus encierra demasiados peligros.
Ante una crisis sanitaria como la del coronavirus, todos los días son valiosos. Perder 1 o 2 semanas puede resultar catastrófico, debido a que el patógeno se esparce a gran velocidad mediante la interacción humana. Hasta ahora, el método que han probado la mayoría de los países para frenar el ritmo de los contagios es la cuarentena, obligatoria o voluntaria dependiendo del territorio y la gravedad de la situación.
Europa se ubica como el epicentro del Covid-19, sin embargo, existen algunos países que parecen tener una visión demasiado “relajada” de la emergencia. Las miradas de la Unión Europea y el mundo entero apuntan a Suecia, un país primermundista que enfrenta la pandemia del coronavirus con un enfoque demasiado arriesgado. Al menos, eso piensan los especialistas y epidemiólogos.
¿Por qué causa tanta preocupación la postura de Suecia?
A diferencia de otros países nórdicos, Suecia desplegó medidas ligeras para mantener a raya al coronavirus. Dinamarca y Noruega prohíben las reuniones de más de 10 personas, además de haber suspendido actividades en instituciones públicas y educativas. Incluso, se han cerrado fronteras para evitar el paso de extranjeros que no residen en el país. Pese a estar en la misma región y registrar un alza de contagios importante, Suecia se resiste a aplicar medidas estrictas y a promover la cuarentena.
Por ejemplo, sorprende que Suecia mantenga los colegios, bares y restaurantes abiertos al público, incluso cuando las cifras no acompañan su estrategia. En los últimos días, se registraron 2,000 nuevos casos dentro de sus fronteras, además de que hubo 172 personas que perdieron la vida por la enfermedad. Con una población de 10.3 millones de habitantes, Suecia todavía podría resentir con mayor fuerza el azote del coronavirus.
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Las autoridades locales afirman que las simulaciones arrojan que Suecia requerirá menos hospitalizaciones debido al coronavirus por cada 100,000 habitantes, si se compara con las cifras de otros países europeos. Esta visión del problema también ha ocasionado que no lleven a cabo un rastreo estricto sobre el número de personas infectadas, enfermas y recuperadas. La Agencia de Salud Pública no cree necesario imponer el confinamiento en todo el territorio, aunque existe la posibilidad de que esta medida tenga luz verde en la capital.
El gobierno sueco asegura que es necesario que los colegios permanezcan operando para que los padres puedan acudir a sus lugares de trabajo. Esto incluye a los empleados de los sistemas sanitarios, el transporte y la industria de la alimentación. Además, recordaron que los más pequeños rara vez presentan complicaciones por el patógeno. Por otro lado, dijeron que el aislamiento prolongado solo afectará la economía, siendo que se necesitarían más recursos para atender la emergencia de salud. A la larga, señalan las autoridades, los fallecimientos serían mayores por la escasez y las dificultades económicas.
¿Una estrategia adecuada o arriesgada?
Existen especialistas que creen que la estrategia de Suecia podría ser efectiva debido a las condiciones de su población. Por ejemplo, 50% de la fuerza laboral está ejecutando sus tareas mediante el famoso home office en estos días, lo que también ha reducido la afluencia de gente a la mitad en los sistemas de transporte público. Por otro lado, sobresale que la mitad de todos los hogares en el país están habitados por una sola persona. Los bajos niveles de vida familiar es un factor favorable para el control del virus y frenar el ritmo de contagio, además de una cultura que se adapta de buena forma al trabajo a distancia.
Sin embargo, los datos recientes no ofrecen un panorama tranquilizador. Por ejemplo, los contagios se dispararon 25% en solo 5 días, además de que el número de muertes por coronavirus se duplicaron en Suecia. Se ubica entre los países escandinavos con mayor cantidad de fallecimientos por el patógeno. Lo anterior, nos hace pensar que su estrategia no responde a la realidad del país, ni a las circunstancias. Sorpresivamente, un alto porcentaje de la sociedad sueca apoya la postura adoptada por el gobierno local. Las personas prefieren que se apele a la autodisciplina por encima de medidas que restrinjan la movilidad.
Referencias: eleconomista.es