Las autoridades de Francia diseñan un plan para instaurar las bicicletas como el principal medio de transporte, ante el temor social de utilizar los servicios públicos por la pandemia del coronavirus.
Las personas tienen miedo de subirse a un autobús o el metro, lugares que son catalogados de alto riesgo de contagio del coronavirus. Las autoridades de Francia aseguran que la gente ha expresado su preocupación por volver a utilizar el transporte público. Aquellos que tienen automóvil, no dudarán en utilizarlo con mayor frecuencia para sus recorridos. En tanto, habrá otros que busquen diferentes alternativas.
Elisabeth Borne, ministra de Transición Ecológica de Francia, reveló que el gobierno contempla promover el uso de las bicicletas para que la gente pueda mantener una distancia social segura y eludir un posible contagio. La situación sería diferente si el riesgo fuera menor o la pandemia estuviera bajo control, pero la realidad es que las personas volverán a las calles sin tener ninguna certeza. Por ello, resulta natural que la mayoría de la gente rechace volver a utilizar el transporte público, al menos en el corto y mediano plazo.
El plan de Francia en favor de las bicicletas
La funcionaria giró instrucciones precisas a Pierre Serne, presidente de movilidad en París y el resto del territorio galo. Su misión será diseñar un plan viable para que la mayoría de los franceses puedan moverse en bicicleta, al menos, dentro de los espacios urbanos y los poblados. El mayor reto es que dicha estrategia debe ser aplicable para el próximo 11 de mayo, fecha en la que termina el confinamiento dentro de sus fronteras.
El gobierno de Francia recalcó que el uso de las bicicletas para mantener a raya al coronavirus va acorde a las recomendaciones de los epidemiólogos. Los especialistas les pidieron a las autoridades no confiarse en absoluto, ya que el regreso de las masas a las calles podría derivar en un repunte de los contagios. Las medidas en favor del distanciamiento social deben continuar, pese a que las personas vuelvan a sus trabajos y a los negocios.
El propio Serne aceptó que la mayoría de la gente no estará dispuesta a usar el transporte público para cubrir sus recorridos. Señaló que es algo natural, sobre todo, porque la reactivación se siente forzada por mitigar el impacto económico, pero todavía sin certezas sanitarias suficientes.
“Todos están de acuerdo en que después de la epidemia del coronavirus, habrá un rechazo colectivo a utilizar el transporte público. Si no quieren tomar el Metro o el autobús para ir a trabajar por temor a los contagios, tendrán que poder moverse”, sentenció.
El desafío no es menor
Incluso para un país como Francia, el uso masivo de las bicicletas como estrategia para frenar al coronavirus resulta desafiante. Se trata de una carrera contra el tiempo para realizar las modificaciones necesarias a las calles y la vía pública. La prioridad es que los ciclistas puedan mantener su distancia y transitar con relativa facilidad, pero también convivir de buena forma con los autos y los peatones.
Una de las soluciones lógicas parece ser el cierre de vías importantes al tránsito de vehículos motorizados. Cabe mencionar que otros países de Europa realizaron cierres similares en sus principales calles para facilitar los desplazamientos de la gente.
Todavía no hay certezas de que el plan de las bicicletas contra el coronavirus se vaya a aplicar en Francia, pero es un hecho que las autoridades se plantean su despliegue con total seriedad. La pregunta es si podrán lograr su cometido en esta carrera contra el tiempo.
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Referencias: iberobike.com
