Vivimos en tiempos muy difíciles, donde algunos monstruos portan uniformes. El policía que abusó sexualmente de una joven en la Ciudad de México busca su libertad diciendo que “ella quería tener relaciones”.
Las autoridades de la capital se refieren a él como David N, policía que está detenido por haber violado a una mujer el pasado 27 de agosto. El ataque sexual ocurrió en la Coordinación Territorial CUH-3, donde este monstruo encerró a su víctima en una habitación para perpetrar sus fechorías.
La mujer no dudó en presentar su denuncia ante el Ministerio Público de la Alcaldía Cuauhtémoc, lo que derivó en la detención del uniformado. En lo que parece un acto desesperado para no enfrentar una condena de prisión, David N lanzó una justificación absurda y poco creíble. “Fueron relaciones sexuales consensuadas”, afirmó.
El pasado martes, el juez rechazó los argumentos que apuntaban a un encuentro sexual con el consentimiento de la joven. La estrategia de desvirtuar la demanda no dio los resultados esperados y el magistrado vinculó a proceso al policía violador.
¿Qué es lo que sigue para el policía agresor?
Conforme a la ley, la autoridad extendió un plazo máximo de 2 meses para el cierre de la investigación. Durante este tiempo, el personal de la Fiscalía para Delitos Sexuales tendrá que reunir todas las pruebas posibles para refundir en la cárcel al policía.
Conforme han pasado los días, la víctima reveló más detalles del dramático episodio que vivió a finales de agosto.
“Me digo que no gritara porque sabía donde vivía y que si decía algo me iba a ir a buscar”, dijo.
Solo queda esperar que el proceso contra el policía
violador no se pierda en el archivo y que no lo veamos patrullando con toda normalidad en un par de meses. Suele pasar.
Con información adicional de Excélsior