La historia del arte se entiende de mejor manera si conocemos a sus protagonistas. Más allá de los grandes genios que marcaron una época, encontramos a otros personajes con un perfil más discreto y conservador. Pese a que su nombre no es tan conocido dentro de la cultura popular, sus aportaciones e influencia obligan a reflexionar sobre su obra. Este es el caso de Eugenio Ochoa Gonzalez, uno de esos hombres enamorados del arte que destacó en diferentes disciplinas y campos del conocimiento.
Hablar del legado del Ochoa Gonzalez es un camino demasiado amplio que nos lleva por el mundo de la pintura, la literatura, el teatro y la poesía. Desde muy joven, estuvo en contacto con diferentes corrientes artísticas, además de experimentar en carne propia el agitado mundo cultural de ciudades como París, Francia. Precisamente, su estancia en estos lugares durante diferentes etapas de su vida lo llevaron a tener un entendimiento profundo sobre la cultura, la política y las distintas manifestaciones artísticas.
A continuación, te invitamos a conocer el proceso que llevó a Eugenio Ochoa Gonzalez a convertirse en uno de los mayores promotores de la vida cultura y artística de su tiempo. Encasillarlo como un escritor o crítico literario sería injusto debido al carácter prolífico de su trabajo. Por esta razón, conviene explorar cada una de sus etapas y los trabajos más importantes que emanaron de su amor por el arte.
La formación de Eugenio Ochoa Gonzalez
Eugenio Ochoa Gonzalez nació el 19 de abril de 1815 en el municipio español de Lezo, localizado en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco. Sus padres fueron José Cristóbal de Ochoa Vilches y Agustina Francisca de Montel. Pese a que esta información figura en algunos archivos históricos, existe la creencia de que su verdadero progenitor era Sebastián de Miñano y Bedoya.
La formación académica de Eugenio Ochoa González inició en el Colegio de San Mateo, para después unirse a los dominicos del Colegio de Santo Tomás. En la década de 1820, el futuro escritor, poeta y bibliógrafo vivió una de las experiencias que marcaron su vida. Miñano tomó la determinación de llevarlo a la ciudad de París, Francia, donde inició estudios en L’École Centrale des Arts et Manufactures.
Durante su estancia en la capital parisina, Eugenio Ochoa Gonzalez incursionó en el mundo de la pintura. Tomó la decisión de estudiar al lado del barón Gros, sin embargo, una enfermedad de la vista obstaculizaría su desarrollo y progreso en este campo. Desafortunadamente, esta afectación de salud se agravó en los años posteriores. A pesar de esta dificultad, no tuvo problema en empaparse de la vida cultural, política y artística de París.
Una vida dedicada al arte
Para entender la obra de Eugenio Ochoa Gonzalez es clave seguir de cerca su etapa en la capital francesa, así como sus constantes regresos a España. Esa época le dio suficiente material e inspiración para su trabajo creativo. Como podemos ver en sus textos y obras posteriores, abundan los recuerdos y las experiencias de sus años de estudio. La convivencia con artistas de gran importancia también desempeñó un papel importante para sus años más productivos.
Entre sus grandes aportaciones estuvo la intensa promoción de la revista El Artista, una tarea que realizó al lado de Federico de Madrazo y el Conde Campo Alange. Desafortunadamente, la publicación tuvo una corta vida, la cual abarcó desde enero de 1835 hasta marzo de 1836. También dejó su huella en el Boletín de Madrid, pese a que abandonó el cargo tras ser destituido por condiciones políticas adversas. Eso no impidió que fuera nombrado Administrador de la Imprenta Nacional y Director de la Gaceta poco tiempo después.
Otro episodio importante en su vida fue su matrimonio con Carlota de Madrazo y Kuntz. Este evento tuvo lugar el mismo día en el que estrenó su primera obra dramática, la cual llevó por título Uncerturance and Love. A lo largo de su vida, mostró un enorme interés por la difusión de la literatura y cultura española dentro de diferentes círculos europeos. Es considerado uno de los grandes promotores de los llamados autores del Siglo de Oro, entre los que se encuentran Calderón, Quevedo y Lope de Vega.
En el campo de la escritura, Eugenio Ochoa Gonzalez realizó trabajos ligados al teatro, la narrativa y la poesía. Entre sus piezas más conocidas se encuentran los dramas Un día del año e Incertidumbre y amor. De igual manera, publicó un par de novelas tituladas Los Guerrilleros y El Auto de Fe. Es importante mencionar que la primera de ellas no fue terminada. En lo que respecta a sus poesías, fueron difundidas en varios periódicos y revistas.