“Quiero renunciar a mi trabajo” es una de las frases más utilizadas de la actualidad; sin embargo, tomar esta decisión es más complejo de lo que parece.
La frustración laboral suele presentarse en la vida de la mayoría de las personas. Es algo natural…hasta cierto punto. Resulta difícil creer que alguien encontrará el trabajo perfecto al primer intento. Ya sea por una baja remuneración, un ambiente laboral hostil o una actividad que no es de nuestro agrado, acudir a la oficina puede ser un auténtico dolor de cabeza.
“Quiero renunciar a mi trabajo” se ha instalado como una frase muy utilizada por estas personas que no están satisfechas en su empleo actual. Sin embargo, la decisión de presentar la renuncia suele traer mucha incertidumbre. En algunos casos, la inseguridad lleva a seguir sufriendo en silencio o, en el caso contrario, a renunciar de forma impulsiva. Ninguno de los escenarios resulta positivo.
“Muchas personas sufren en silencio en sus empleos, pero antes de renunciar debes estar seguro de que esta decisión te hará más feliz. Si no es así, entonces no lo hagas”, afirma Chris Hurn, autor de The Enterpreneur’s Secret to Creating Wealth: How The Smartest Business Owners Build Their Fortune.
A continuación, te presentamos algunas razones por las cuales deberías considerar renunciar a tu trabajo.
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Falta de crecimiento
Si no has alcanzado tus metas profesionales, el crecimiento laboral se instala automáticamente como una de tus prioridades. Entonces, ¿qué haces en un lugar donde has llegado a tu techo? Si la empresa donde estás no te brinda la oportunidad de seguir desarrollándote o escalar posiciones, es tiempo de considerar la renuncia. Dice una frase popular: Nunca te quedes en una zona de confort. Plantea esta situación a tus jefes y, en caso de no haber una respuesta satisfactoria, comienza a preparar todo para tu salida.
No hay pasión
Lamentablemente, las responsabilidades diarias pueden empujarnos a trabajar en algo que no es de nuestro agrado. Existen personas que ven esto con extrema normalidad, algo que resulta muy triste y lamentable. Es fundamental que encuentres algo de alegría y pasión en lo que haces, ya que si odias dicha actividad se convertirá en un auténtico fastidio. Si estás en un trabajo donde no existe la mínima chispa de felicidad, es momento de pensar en la renuncia y buscar nuevas oportunidades.
Afectaciones a la salud
Si eres de los que dice “Quiero renunciar a mi trabajo” por estrés y la ansiedad, quizás tengas una de las razones más válidas para hacerlo. Es normal tener estas sensaciones dentro de la vida profesional, pero existe un límite que no debemos rebasar. Muchas personas suelen experimentarlas a tal grado que ven afectada su salud. Dolores en el cuerpo, ataques de ansiedad, malestares de cabeza y depresión son alertas claras de que debes tomar acción de forma urgente. Ningún trabajo vale tanto como para poner en peligro nuestro bienestar físico y mental.
Las relaciones familiares
Asume que el trabajo representará, en algún momento, sacrificar tiempo con la familia y los amigos. Sin embargo, deberás establecer una barrera sobre lo que estás dispuesto a aceptar. Si consideras que el trabajo resulta excesivo y está afectando la esfera familiar, es tiempo de hacer un cambio. Reflexionando un poco, quizá prefieras prescindir de las horas extra para pasar tiempo con tu pareja e hijos, así como involúcrate de mayor forma en la educación de estos últimos.
Tus sueños apuntan a otro lado
Existen personas que siempre buscan ir más lejos. Si no estás satisfecho con lo que estás haciendo porque deseas dedicarte a otra actividad o cumplir tus sueños, es válido que consideres renunciar a tu trabajo. El tiempo es escaso y si no te das la oportunidad de intentarlo, quizá te pases toda la vida arrepintiéndote de ello. Evalúa las formas y caminos para cumplir esa meta, ya que nunca es demasiado tarde para andar por esa ruta.
En caso de que hayas decidido renunciar a tu trabajo, no lo hagas hasta que estés preparado financieramente. Esto es vital, sobre todo, para quienes tienen responsabilidades familiares o gastos fijos que no pueden suspenderse. Renunciar sin tener un plan solo aumentará las posibilidades de fracaso y de que termines aceptando otro empleo por desesperación.
Los ahorros siempre te darán un mayor margen de acción, ya sea para subsistir el tiempo en el que consigues otro empleo o para poner en marcha tu proyecto personal.
“Quiero renunciar a mi trabajo” es una frase válida, pero ejecutar esta idea puede ser más completo y debe darse por las razones correctas.
Fuente: blog.hotmart.com