Los últimos años bien podrían bautizarse como la era del streaming. La industria del entretenimiento tiene como grandes protagonistas a empresas como Netflix. A menudo, oímos hablar de los beneficios que ofrecen estos servicios de películas online; sin embargo, un sector de la población está nostálgico y triste. La experiencia de acudir a los grandes complejos de cine está en riesgo, una idea sobre la que se desenvuelve la próxima película No Place Like Hutch.
El escritor Jake Farrago, quien ha realizado algunas cosas para Warner Bros., anunció el desarrollo de esta comedia de reflexión. El creativo espera que la película aliente un debate productivo sobre el estado actual del séptimo arte. Estamos seguros de que conseguirá tocar fibras sensibles en aquellos enamorados del cine, personas que extrañen la espectacularidad de las marquesinas y letreros de gran tamaño.
Si nos fijamos en la trama, podríamos creer que se trata de una película ligera para pasar el rato. De cierta manera, ese efecto es intencional, a fin de darle suficiente atractivo para su estreno en la pantalla grande. En los primeros meses del año, el guionista realizó una lectura en Hutchinson para mostrarle a la gente local la historia que había construido. El escritor organizó una mesa de lectura para que los asistentes locales conocieran la trama de primera mano.
“Por lo general, no es algo que hacemos de manera pública, pero que es importante, especialmente, para algo tan arraigado en el ADN de la ciudad (…) Me encantaría que la cinta trajera de vuelta el amor y un renovado interés en la ciudad en sí”, mencionó Farrago, quien contó con la participación y entusiasmo de actores de Stage 9, Family Community Theatre y el Hutchinson High School Thespian Club.
¿De qué tratará No Place Like Hutch?
La película de Jake Farrago, No Place Like Hutch, toma como inspiración el papel de Hutchinson, Kansas, como la sede de un almacén bien resguardado de las mejores películas de la historia del cine nacional. Muchos no saben que la ciudad sirve como un resguardo seguro de las piezas más influyentes del séptimo arte. Pero ¿cuál es el verdadero valor que les otorgamos a esas producciones en los años del streaming?
La trama presenta a una joven llamada Maureen o Mo Stevens. A sus 18 años, ella desea salir de la ciudad natal de Hutchinson a toda costa. Sin embargo, la situación se complica cuando empieza a ver a grandes personajes del cine clásico como Little Tramp y Felix The Cat. Ellos acuden a la adolescente para pedirle ayuda, ya que están a punto de la desaparición. Así es como emprende una aventura para rescatar esos filmes con la ayuda de algunos integrantes del pueblo.
“Es un poco triste, en cierto modo, porque todas esas grandes películas que definieron la vida y las generaciones de millones de personas están almacenadas bajo tierra, para nunca volver a ser vistas en la oscuridad (…) Así que pensé ¿y si los personajes de esas películas fueran conscientes de eso? (…) Estos personajes cobra vida, pero nadie en la ciudad puede verlos, excepto una adolescente en Hutch. Hay una especie de redescubrimiento de esos personajes”, señaló.
A pesar de que la ciudad donde ocurren la historia es una versión ficticia de Hutchinson, Farrago decidió conservar sitios icónicos. Por ejemplo, los lugareños gozarán al ver en pantalla el Fox Theatre, las Underground Vaults and Storage y la Cosmophere. En la mesa de lectura que celebró hace algunos meses, el autor del guion dijo haberse sentido complacido por la recepción que tuvo entre los locales.
¿Cómo cambiaron los servicios de streaming el mundo del cine?
La próxima película No Place Like Hutch establece una reflexión al centro de la mesa. El cine de las exhibiciones en grandes complejos está a punto de desaparecer. Al mismo tiempo, obliga a voltear la mirada hacia el papel que juegan las plataformas de streaming en la actualidad. ¿Qué tanto son responsables de ello los servicios como Netflix, Amazon Prime Video, Disney+, Apple TV+ y compañía? ¿Hay algo que podamos hacer?
A primera vista, podríamos creer que se trata de una exageración. Muchos de nosotros todavía sentimos la necesidad de ir al cine de vez en cuando. La transformación se oculta en los pequeños detalles. Piensa en cuál es tu principal medio para el consumo de películas. Exacto. Los servicios de streaming están al centro de todo. De manera invariable, eso creó nuevos hábitos e, incluso, el tipo de cine que se está haciendo.
Existe un amplio grupo de personas que prefiere la comodidad de casa a la hora de ver una película que la experiencia grupal en gran formato. Si a eso le sumamos las restricciones que se mantuvieron durante largo tiempo por la crisis sanitaria, hay familias enteras que prefieren armar un maratón en la sala del hogar. La experiencia de la dulcería deja de ser un valor diferencial, especialmente, con el apogeo de plataformas de reparto de comida a domicilio como Uber Eats, Rappi o Didi Food.
De acuerdo con algunos analistas. el futuro del cine dependerá mucho del volumen de personas que todavía quieran disfrutar de la experiencia social. La cantidad de espectadores dispuestos a pagar un boleto debe ser lo suficientemente grande para respaldar la estrategia de comercialización y distribución tradicionales en las salas de cine. Muchos estudios ya no se están planteando eso, sino que están apostando a cerrar acuerdos con las plataformas de streaming.
¿Crees que los servicios de streaming terminarán sepultando el negocio de los grandes complejos de cine? ¡Gracias siempre por leer, comentar y compartir!