La movilidad sustentable plantea muchos retos para la industria automotriz. Cada fabricante enfrenta esos desafíos de diferente manera; algunos apuestan por invertir en nuevas instalaciones y otros por forjar alianzas clave que garanticen el suministro de componentes. Esta vez, nos vamos a centrar en Volvo, un fabricante que diseñó su estrategia sustentable basándose en el reciclaje de baterías.
El líder de Tecnología Avanzada y Sustentabilidad de Volvo, Henrik Green, habló en una entrevista para Autoblog sobre el enfoque de la compañía. La marca volvió a acaparar las miradas tras la presentación de la Volvo EX90. La camioneta destinada a ser su buque insignia eléctrico no solo adelanta a un vehículo innovador y competitivo, sino que esboza la filosofía que atravesará a toda la firma de norte a sur.
Para los directivos de Volvo, el secreto del éxito está en instaurar de manera eficiente una economía circular. La clave sería contar con una cadena de suministro de componentes cruciales basada en el reciclaje. En términos generales, la preocupación se sitúa alrededor de las baterías o módulos energéticos, especialmente, por los desafíos que existen para el hallazgo, descubrimiento y explotación de elementos como el cobalto, el litio y el níquel.
El reciclaje de baterías, un plan a largo plazo
Green plantea una pregunta que ocupa a todas las marcas de coches en este momento: ¿Cómo podemos afectar a la industria para que se abastezca de las fuentes más sustentables posible? Aunque la compañía aspira a tener un catálogo completamente eléctrico en 2030, el desafío no terminará allí. La mayor ambición de la firma es convertirse en una empresa totalmente neutra libre de emisiones contaminantes para 2040.
El concepto de economía circular refiere a un sistema donde la empresa depende de forma mínima de las materias primas nuevas. En cambio, Volvo cree que el reciclaje de baterías y otros componentes procedentes de autos eléctricos viejos será la llave para alcanzar la anhelada sustentabilidad. Sin embargo, el reto es el tiempo de espera, ya que todavía es temprano para que la nueva generación de autos cero emisiones cumplan su ciclo de vida.
“Desafortunadamente, eso tiene un retraso de tiempo, pues implica colocar baterías que viven hasta que necesitan ser reemplazadas, y luego debemos recuperar el material (…) el volumen masivo de baterías de automóviles no será una realidad sino hasta que estos coches hayan rodado en la carretera 10, 15 o más años”, declaró el ejecutivo, quien unió este objetivo con la firma de alianzas estratégicas con empresas que tienen la tecnología y el conocimiento necesario para el reciclaje masivo de baterías.
Este modelo está detrás de la EX90, una camioneta que está construida bajo la filosofía de la reciclabilidad. Por ejemplo, el 15% de sus plásticos volverán a utilizarse, al igual que el 15% del acero y el 25% del aluminio implementados en algunas zonas del coche.
“La parte difícil de esto es demostrarlo y clasificar todo en contenedores de monomateriales (…) Preveo que [el plan de reciclaje de baterías de Volvo y la economía circular] son a largo plazo. En este momento, diseñaremos autos que sean más fáciles de desarmar y clasificarlos en cajas de materiales puros. De esa forma, realmente podemos poner en marcha la economía y el negocio circular”, indicó.
La estrategia inicia con la Volvo EX90
Volvo cumple con estos principios en la EX90, demostrando que no todo se reduce al reciclaje de baterías, sino de varios materiales que admitirán en segundo uso para el diseño de nuevos coches en el futuro. La marca sueca abraza de manera auténtica su compromiso ambiental al crear interiores de alta gama sin tener que transgredir a los ecosistemas. Al final, las empresas de coches no pueden limitar el enfoque ambiental a los trenes motrices eléctricos.
Es agradable ver que Volvo ofrece para la camioneta varias opciones para la personalización, todas ellas alternativas respetuosas del medio ambiente. Por ejemplo, el comprador de la camioneta puede elegir entre asientos forrados en mezcla de lana, un material que supera los estándares de calidad para fomentar una cultura de respeto hacia la fauna y los trabajadores. Además, recurre a plástico reciclado para algunos componentes, los cuales provienen de botellas de PET y alrededor de 50 Kg de plástico regenerado.
Volvo establece su compromiso en su página oficial de la siguiente manera, hablando directamente de la economía circular:
“Ser circular para 2040 significa que tenemos que actuar ahora. Y volverse más circular es bueno tanto para el planeta como para nuestro negocio. Ya hemos comenzado a trazar un mapa de cómo, para 2025, podemos ahorrar costos de 1,000 millones de coronas suecas y reducir las emisiones en 2.5 millones de toneladas a través de iniciativas circulares. Y hay mucho más por venir”, advierte el fabricante europeo.
¿Qué resuelve la economía circular?
Una economía circular favorece el cuidado del medio ambiente y reduce de manera significativa el impacto ambiental de las actividades industriales. Contrasta de manera directa con el modelo líneal, el cual se basa en el proceso “tomar-fabricar-desechar”.
La razón por la que mitiga el daño sobre la naturaleza es porque una economía circular es regenerativa a nivel de diseño, desacoplando de manera gradual el crecimiento del consumo de los recursos que son finitos. De esta manera, elimina una gran cantidad de residuos, mantiene los materiales y productos en uso, y, finalmente, ayuda a regenerar los ecosistemas naturales.
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