La inversión en seguridad vial es un aspecto clave que puede salvar muchas vidas al reducir los accidentes de tráfico. Con frecuencia, se presentan siniestros que están ligados a la conducción por encima de los límites de velocidad. Además de los accidentes en la vía pública, debemos considerar aquellos que ocurren en lugares como estacionamientos. Aquí es donde cobran importancia los reductores de velocidad, estructuras que disminuyen el riesgo de esta clase de percances.

El incremento de la cantidad de automóviles, así como la falta de cultura vial en varias ciudades, obliga a tomar cartas en el asunto para hacer que los automovilistas respeten los límites de velocidad. El ajetreo de la vida diaria ocasiona que muchas veces los conductores pisen de más el acelerador en zonas con restricciones de velocidad. Los reductores, así como los speed bumps y speed humps, recuerdan a través de un elemento visual y físico que se debe manejar de manera serena y segura.

A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre los reductores de velocidad, su clasificación y cuáles son sus principales beneficios.

¿Qué son los reductores de velocidad?

Los reductores de velocidad son dispositivos o estructuras que se colocan sobre las diferentes vialidades y lugares donde transitan vehículos. Su objetivo es recordarle a la distancia a los conductores que deben reducir la velocidad, algo que se consigue a través de un diseño llamativo y visible desde varios metros. Al mismo tiempo, su función es obstaculizar el tránsito del coche en caso de que algún conductor decida no bajar la velocidad.

Es necesario resaltar la importancia de instalar reductores fabricados en materiales de alta calidad, a fin de que no sufran deformaciones peligrosas, agrietamientos o algún tipo de deterioro que pueda poner en riesgo a automovilistas y peatones. De acuerdo con empresas líderes en el sector como Unimat Traffic, los reductores deben estar elaborados con materiales resistentes, durables y que garanticen la seguridad en todo momento.

Tipos de reductores de velocidad

No todos los reductores de velocidad son iguales. Estos se deben elegir de manera cuidadosa y conforme a las características de la vialidad, el tipo de vehículos que transitan por el lugar, las condiciones de instalación y las especificaciones para el mantenimiento. De igual manera, hay que tener presente en todo momento cuál es el objetivo de colocar los reductores de velocidad.

Una clasificación de estos dispositivos de seguridad vial es la siguiente:

• Badenes y resaltos: Son depresiones sobre la vialidad. Contrario a lo que su nombre indica, los badenes y resaltos son hundimientos que impiden que el coche tome velocidad.
• Reductores de concreto y portátiles: Los reductores de concreto son los más frecuentes. A menudo, nos referimos a ellos únicamente como topes. Sin embargo, pueden estar fabricados de otros materiales e instalados de forma temporal. Cuando ocurre esto, se conocen como reductores de velocidad portátiles.
• Topes de estacionamiento: Son reductores que se encuentran instalados en los estacionamientos para fomentar que los conductores se desplacen a bajas velocidades.
• Lomas de burro: Es otro nombre que se les otorga a los reductores de velocidad, los cuales pueden estar construidos de asfalto, cemento, hule o plástico.
• Cojín berlinés: Se trata de un tipo de reductor alargado que no saca de control a los coches que transitan a alta velocidad. Esto quiere decir que no ocasiona que el vehículo salte de forma repentina y agresiva.

Características de los reductores de velocidad

Dado lo anterior, nos damos cuenta de que los diferentes tipos de reductores de velocidad tienen características particulares que se adaptan de mejor manera a determinados escenarios. Además del material de fabricación, existen especificaciones técnicas que los orientan con claridad a determinadas vialidades y usos.

Por ejemplo, es necesario considerar la capacidad de carga del reductor, es decir, cuánto peso puede soportar sin sufrir ningún deterioro inmediato o a largo plazo. El tamaño es otra variable para definir con los profesionales de la industria o expertos. La parte positiva es que suelen estar disponibles en medidas estandarizadas, lo que permite una instalación rápida y sencilla en distintos tipos de vialidades. El diseño modular de varios de ellos facilita su adaptación al ancho de la calle.

Por otro lado, existen reductores de velocidad con reflectores integrados, los cuales son perfectos para mejorar la visibilidad en condiciones de poca luz. Finalmente, debemos señalar que la mayoría de estas estructuras requieren un mantenimiento mínimo y sencillo. Incluso aquellos que no están hechos de concreto, se pueden reparar mediante el reemplazo de piezas individuales en caso de haber sufrido daño.

Beneficios de los reductores de velocidad para la seguridad vial

Según los especialistas de Unimat, los reductores de velocidad son elementos indispensables para la seguridad vial. Su valor reside en su carácter preventivo al fungir como alertas visuales, así como en su eficacia para obligar a los conductores a bajar la velocidad. Lo anterior ocurre porque los automovilistas son conscientes de que pueden causar un daño en la suspensión u otro sistema de sus vehículos si ignoran la presencia de un reductor. Enseguida te presentamos cuáles son las principales ventajas y beneficios de los reductores de velocidad:

1. Mejoran la seguridad vial al obligar a los automovilistas a respetar los límites de velocidad permitidos en cada vialidad. Por ende, reduce el riesgo de accidentes y lesiones en la carretera o dentro de espacios urbanos.
2. Disminuyen la velocidad del tráfico en zonas especiales, tales como áreas residenciales y zonas escolares. Esto es particularmente valioso porque en dichos escenarios existe un mayor riesgo de accidentes como atropellamientos.
3. Reducen la contaminación acústica en las zonas cercanas a la carretera, lo que mejora la calidad de vida de los habitantes del lugar.
4. Bajan los costos de mantenimiento al mitigar el desgaste del asfalto en las vías carreteras y avenidas. Al circular a velocidades controladas, se desacelera el deterioro de las calles.
5. Fortalece la cultura vial al inculcar a los conductores patrones de comportamiento adecuados, de tal manera que a futuro podrían no necesitar ningún tipo de recordatorio visual para conducir a baja velocidad en zonas especiales como escuelas, hospitales o cualquier otro sitio con alta afluencia de peatones.