Las autoridades de Japón tienen un plan que consiste en liberar al mar el agua residual de Fukushima. Este líquido se usó para rebajar la temperatura de los reactores nucleares tras la catástrofe de 2011. Por ende, verter el agua contaminada al Océano Pacífico parece una decisión irresponsable a primera vista, pero ¿hay otra alternativa? ¿Por qué esta práctica ha desatado un debate acalorado?
Los expertos del país oriental afirman que es urgente hacer algo con las grandes cantidades de agua radiactiva. Desde 2019, el gobierno local informó que se estaba quedando sin espacio para contener tanto material contaminado. Solo para dimensionar la gravedad del asunto, hay que decir que el plan de descarga de agua residual de Fukushima tardaría entre tres y cuatro décadas.
A pesar de las protestas de organizaciones ambientalistas, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dieron luz verde a este plan. Presuntamente, el impacto de la liberación de las aguas de Fukushima al Océano Pacífico será mínimo en materia ambiental. Claramente, esos comentarios no fueron aceptados a la primera y causan desconfianza entre la sociedad.
¿Qué es el agua de Fukushima y cómo se trata?
El tsunami de 2011 provocó una reacción nuclear que ocasionó la contaminación del agua de la planta de Fukushima. El líquido se mezcló con material radiactivo, por lo que tuvieron que realizarse trabajos de contención. Sin embargo, eso no fue todo. Los equipos de emergencia se vieron obligados a bombear agua nueva para mantener a raya la temperatura de los desechos de combustible en los reactores. Si a esto sumamos la filtración de agua subterránea y de las lluvias, la masa de agua creció de forma descomunal.
De acuerdo con el reporte de la empresa eléctrica de Japón, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), este gran volumen de aguas residuales de Fukushima está contenido en más de 1,000 tanques de alta capacidad. En su interior, se encuentran alrededor de 1.32 millones de toneladas métricas de aguas contaminadas. La urgencia de tomar acción es porque ya no hay demasiado espacio para el almacenamiento.
La mayor preocupación se debe a que el líquido contiene un isótopo de hidrógeno conocido como Tritio radiactivo. A diferencia de la mayoría de los elementos riesgosos que se pueden destruir, este componente permanecerá en el líquido durante su vertido en el mar. El hecho de que este elemento no pueda eliminarse con la tecnología disponible es un punto que solo aumenta la incertidumbre sobre su impacto en el ambiente y la propia salud humana.
¿Cómo y cuándo se realizará el vertido al mar?
De avanzar el plan de verter el agua de Fukushima en el Océano Pacífico, esto deberá ocurrir en el corto y mediano plazo. Japón externó la necesidad urgente de liberar el espacio para poder ejecutar un desmantelamiento seguro de la planta. Además, hay que recordar que las autoridades locales tratan de mitigar las críticas a su plan mediante una liberación gradual del líquido.
Bajo la dinámica actual, la fábrica de Fukushima produce alrededor de 100 metros cúbicos de nueva agua contaminada, la cual sigue reduciendo la capacidad de almacenamiento en los tanques gigantescos. De acuerdo con los funcionarios de Japón, esta no es una solución sostenible, por lo que no contempla siquiera la construcción de más tanques. En cambio, creen que la forma más efectiva de lidiar con el problema es liberar el agua en un plazo de tres décadas.
¿Qué riesgos tiene el vertido para la salud humana y el medio ambiente?
Como mencionamos, el tritio es el elemento que causa mayor consternación entre la comunidad de expertos y ambientalistas. El gobierno local señala que los niveles finales de tritio, que serían de 1,500 becquereles por litro, son mucho más seguros que los establecidos por las autoridades regulatorias en materia de desechos nucleares. Además, las aguas filtradas se diluirían con agua de mar para reducir las concentraciones.
Claramente, no todos están convencidos. Existen especialistas que advierten sobre peligros directos sobre el lecho oceánico y toda especie de vida marina. En una entrevista para la BBC, el biólogo marino Robert Richmond explicó que las consecuencias pueden ser negativas. Además, subrayó que no habría forma de tomar cartas en el asunto en caso de desatar un problema ambiental o de salubridad.
“Hemos visto una evaluación de impacto radiológico y ecológico inadecuada y nos preocupa que Japón no solo no pueda detectar qué está ingresando en el agua, los sedimentos y los organismos, sino que, si lo hace, no haya forma de eliminarlo. No hay manera de volver a meter al genio dentro de la botella”, puntualizó.
¿Qué reacciones ha generado el plan de Japón?
Sobre esta misma línea, los gobiernos de otros países reaccionaron al plan de Japón para liberar el agua de Fukushima al mar. Aunque naciones como Corea del Sur dieron su respaldo al proyecto, el gigante chino está radicalmente en contra. Incluso, Pekín ya impuso restricciones sobre la importación de alimentos de Japón por temor al impacto que pueda tener el agua contaminada sobre dichos productos.
“Para impedir la entrada en China desde Japón de alimentos contaminados con radiación y garantizarle al consumidor nacional la seguridad de los productos importados, Aduanas prohíbe la importación de alimentos de 10 prefecturas de Japón, incluida Fukushima”, se puede leer en un mensaje oficial que se difundió a través de la cuenta de la autoridad local en WeChat.
La reacción de China es significativa porque se suma a las preocupaciones ambientales de expertos. Además, contradice los argumentos y conclusiones de Japón y sus aliados en esta batalla. Por ejemplo, el embajador de China en Tokio, Wu Jianghao, afirmó que no existe un solo precedente donde el agua contaminada por un accidente nuclear haya sido vertida voluntariamente al mar.
Conclusión: Lo que debes aprender de la polémica sobre el agua de Fukushima
- La urgencia de tomar acción: La acumulación de grandes cantidades de agua radiactiva en la planta de Fukushima ha llevado a las autoridades japonesas a tomar la decisión de verter el agua al mar. La falta de espacio para almacenar el agua residual es un problema grave que requiere una solución inmediata.
- Debate y desconfianza pública: La decisión de verter el agua contaminada al Océano Pacífico ha generado un debate acalorado y ha causado desconfianza entre la sociedad. A pesar de que el Organismo Internacional de Energía Atómica y la ONU respaldaron el plan, muchas organizaciones ambientalistas y expertos han expresado preocupación y han cuestionado los impactos ambientales y para la salud humana.
- El desafío del Tritio radiactivo: El principal isótopo de hidrógeno presente en el agua de Fukushima es el Tritio radiactivo. A diferencia de otros elementos riesgosos, el Tritio no puede ser eliminado con la tecnología disponible. Esto aumenta la incertidumbre sobre el impacto ambiental y la salud humana relacionados con la liberación de esta agua al mar.
- Plan de vertido al mar: Japón planea verter gradualmente el agua contaminada al Océano Pacífico en un plazo de tres décadas. La liberación gradual se considera necesaria para evitar una acumulación aún mayor de agua radiactiva en los tanques de almacenamiento y permitir un desmantelamiento seguro de la planta de Fukushima.
- Reacciones y preocupaciones internacionales: El plan de Japón ha generado reacciones y preocupaciones en otros países. China, en particular, se opone firmemente al vertido del agua de Fukushima al mar y ha impuesto restricciones a la importación de alimentos de Japón debido a los temores sobre la contaminación radiactiva. Esta oposición refuerza las preocupaciones y cuestionamientos planteados por expertos sobre los posibles impactos ambientales y para la salud.
Si quieres estar al tanto de esta clase de noticias y más, únete a nuestra comunidad en redes sociales ¡Nos encuentras como Hiramnoriega.com!