Uno de los mayores retos de un negocio es la compra de los bienes necesarios para las operaciones diarias. Con frecuencia, los emprendedores necesitan uno o varios vehículos para el traslado de personal o el transporte de mercancías. Afortunadamente, existen diferentes soluciones a este problema que te permitirán lograr una mejor gestión financiera. Entre ellas, se encuentra el arrendamiento puro.
En primer lugar, el crecimiento de tu negocio no puede depender de la capacidad para efectuar compras en efectivo o con el capital actual de la empresa. Incluso por un tema de estrategia financiera y fiscal, existen diferentes tipos de contratos que ofrecen más beneficios. Pero antes de entrar a detalle sobre la situaciones o factores donde el arrendamiento puro resulta conveniente, vamos a detenernos un momento a explicar las bases de este contrato.
¿Qué es el arrendamiento puro y financiero?
Lo primero que debes tener claro es que no todos los contratos de arrendamiento son iguales. Un error común entre las personas es confundir el arrendamiento puro con el financiero ¡y existen diferencias monumentales!
Arrendamiento puro: Es el contrato donde una persona (arrendador) le permite a otra (arrendatario) el uso temporal de un bien, el cual puede ser un vehículo, un inmueble o un equipo. Este goce limitado en el tiempo demanda el pago de una renta mensual, sin que al término exista la posibilidad de ejercer alguna opción de compra. De esta manera, el arrendatario disfruta de los beneficios de utilizar el bien y el arrendatario de un pago por uso.
Arrendamiento financiero: Es el contrato en el que el arrendador adquiere determinados bienes, pero concede al arrendatario el uso temporal sujeto a un plazo forzoso. De igual manera, este último paga una renta para poder utilizar el vehículo, equipamiento o inmueble, con la diferencia de que sí existe el derecho a compra tras haberse cumplido el tiempo establecido en el contrato. El arrendador obtiene pagos parciales que satisfacen el valor de adquisición, pero también las cargas financieras.
Diferencias entre arrendamiento puro y financiero
Como puedes darte cuenta, una de las diferencias claves entre el arrendamiento puro y el financiero es la posibilidad de adquirir el coche o bien después de termina el periodo establecido.
En el primer caso, el arrendatario disfruta de utilizar el bien, mientras que el arrendatario se beneficia del pago por conceder este beneficio. En el caso del arrendamiento financiero, el arrendatario cuenta con el derecho de ejercer una opción de compra a un menor precio. Por su parte, el arrendador recibe una cantidad determinada que cubre el costo del coche o inmueble y el costo financiero.
Ventajas fiscales del arrendamiento puro
Entre estos dos tipos de arrendamiento existen diferencias en el apartado fiscal; sin embargo, queremos abordar este punto por separado debido a su importancia. La idea central es que el arrendamiento puro permite la deducción de impuestos como gastos operativos, lo que al final reduce la carga fiscal general de tu empresa. En tanto, el arrendamiento financiero brinda la posibilidad de deducir los pagos del arrendamiento, pero también la depreciación del activo.
Vamos a poner el ejemplo de un leasing automotriz, partiendo de la necesidad de tu empresa de adquirir un coche para realizar tus operaciones diarias. En este escenario, el arrendamiento puro generará a mayor ahorro derivado de pagos menores de impuestos por que se trata de un activo. ¿Qué quiere decir esto? Tus finanzas podrían beneficiarse por exenciones fiscales, bonificaciones o deducciones tributarias.
¿En qué situaciones me conviene el arrendamiento puro?
A continuación, vamos a presentarte algunos escenarios en los cuales el arrendamiento puro se presenta como una de las mejores alternativas.
Empresas que buscan evitar la descapitalización
El arrendamiento puro puede ayudar a tu negocio si tu objetivo es la preservación de capital de trabajo. Básicamente, se ajusta a tu estrategia de mantener la liquidez y los recursos financieros del negocio para las operaciones diarias. Esto es muy importante porque ofrece margen suficiente para lidiar con proyectos o emergencias a corto plazo. En la primera etapa, evita una inversión inicial grande para la compra de bienes como coches, pero tampoco abre la puerta para la adquisición de estos al término del contrato.
Además de eludir problemas como la descapitalización, favorece la preservación de capital al deducir los pagos de la renta y brinda flexibilidad financiera. Con ello, no compromete su capital de trabajo frente a condiciones o escenarios cambiantes.
Negocios que requieren renovación constante
Existen empresas o negocios que enfrentan constantemente el riesgo de la obsolescencia tecnológica. En un entorno empresarial, suele ser una de las máximas prioridades. Gracias al arrendamiento puro, tu compañía tendrá mayor flexibilidad para adaptarse a condiciones que cambian a un ritmo acelerado.
En primera instancia, no hay necesidad de realizar una inversión inicial significativa para acceder a tecnología o vehículos modernos. Asimismo, las firmas pueden panificar sus finanzas de manera precisa al pagar una tarifa mensual fija. Aunque no contarás con la alternativa de adquirir el coche o equipamiento tras el término del contrato, sí podrás aprovechar la opción de actualizar el vehículo por uno más moderno o reciente.
Actividades que involucran a bienes que se devalúan rápidamente
Dado que tu negocio no se convierte en ningún momento en propietario del vehículo, el equipamiento o el inmueble, tampoco se ve afectada por la depreciación de los activos a lo largo del tiempo.
Esta es la razón por la que dicho tipo de contrato es extremadamente popular dentro del sector automovilístico. Tanto empresas como particulares tienen la posibilidad de acceder a coches o armar sus flotas sin tener que cargar con la pérdida acelerada que normalmente sufren los automóviles entre los primeros cuatro y cinco años de vida.
En conclusión, el arrendamiento puro es un contrato financiero que resulta atractivo tanto para personas físicas como para empresas. Si tenemos que resumir sus principales ventajas, se encuentran la flexibilidad, la posibilidad de deducción fiscal y el derecho de modernizar el activo al final del contrato.