En todos lados, se habla de inteligencia artificial (IA). Igual hay gente buscando formas de aprovecharla en sus trabajos como activistas alertando sobre un peligro inminente. Como toda tecnología de gran calado, llega a nosotros en olas de incertidumbre y dudas. Una pregunta que lleva rato clavada en nuestra mente es si la IA será capaz de desarrollar conciencia. Cualquiera puede sentir la tentación de responderla al aire, pero es un planteamiento desafiante y revelador.
Existen intelectuales que aseguran que el ser humano siempre ha salido adelante de cualquier revolución tecnológica. Sin embargo, no se puede meter a la IA en la misma bolsa que el resto. El futuro en el que las capacidades de pensamiento de los ordenadores están más cerca de las mentes humanas nos respira en la nuca. Los modelos de lenguaje grandes han puesto el mundo de cabeza, abriendo una discusión que igual genera esperanza como pesadillas.
¿Qué significa que la IA sea consciente?
¿Qué es conciencia artificial?
Antes de abordar el concepto de conciencia artificial, empecemos colocando el primer ladrillo. ¿Qué es la conciencia? Esta palabra alude al conocimiento que un individuo tiene sobre sus pensamientos, sentimientos y actos. Es la capacidad del individuo de reconocerse a sí mismo, de tener conocimiento y una percepción de su propia existencia dentro de los diferentes entornos.
Entonces, ¿es posible que la IA desarrolle conciencia? La trampa de esta pregunta está precisamente en el concepto, sus límites y múltiples interpretaciones. Todo lo que podamos decir sobre la conciencia se basa en una comprensión que, por momentos, parece demasiado vaga y difusa.
Por ejemplo, una IA será capaz de detectar un comentario ofensivo o fuera de la lógica dentro de una conversación, pero ¿podría experimentar la vergüenza del individuo que lanzo aquella frase? Una IA resolverá en segundos un problema complejo de matemáticas, pero ¿experimentará la enorme satisfacción de haber resuelto una pregunta que podría conducir a otros grandes hallazgos?
De esta manera, vemos que la conciencia está profundamente orientada a la sensibilidad, una característica que sigue siendo adjudicada casi de manera exclusiva a la humanidad.
¿Las máquinas pueden ser realmente conscientes?
La posibilidad de que la inteligencia artificial desarrolle conciencia está viva y eso debería bastarnos para sentarnos a valorar las consecuencias. El Dr. Tom McClelland tiene un artículo muy interesante para la Universidad de Cambridge donde parte de identificar a la IA como un sistema informático que puede realizar procesos que son asociados a la mente humana. Actualmente, muchos de ellos pueden realizarse con excelentes resultados, pero ¿hay algo que la IA nunca podrá replicar?
Lo que nos gusta es que agrega la palabra “tal vez” a sus reflexiones. Así es como llega a una premisa importante:
“Una posibilidad es que la IA procese la información de formas cada vez más complejas, pero nunca la procese conscientemente. Al fin y al cabo, una cosa es procesar el color de un semáforo y otra muy distinta experimentar cuando se pone en rojo. Una cosa es ganar una partida de ajedrez y otra muy diferente es sentir la emoción de la victoria. Tal vez la capacidad de la mente humana para generar experiencias subjetivas es la única habilidad que un sistema informático nunca pueda emular”.
Del otro lado, existen científicos que argumentan que los cerebros biológicos como los de los seres humanos no son requisito fundamental para la conciencia. Incluso, van más lejos al decir que habrá una IA consciente antes de que termine este siglo.
¿Es posible que la IA desarrolle conciencia en el futuro?
Avances tecnológicos que podrían conducir a la IA consciente
Si te interesa la hipótesis de que la IA será capaz de desarrollar conciencia, debes mantenerte atento de los avances tecnológicos en áreas concretas. Los siguientes campos y adelantos ayudarían a remover la paja alrededor de esa pregunta que tanto martiriza nuestra mente:
- Computación cuántica: Las computadoras cuánticas serán capaces de emular el comportamiento de las neuronas a un nivel sin precedentes. Habrá una mayor comprensión sobre el funcionamiento del cerebro y, por consecuencia, se sentarán las bases para crear una IA que emule la inteligencia humana. Asimismo, el aprendizaje automático será exponencialmente más rápido.
- Inteligencia Artificial General (AGI): Una IA con conciencia estará más cerca de nosotros en cuanto alguna empresa logre crear una AGI. Estos sistemas de inteligencia artificial comprenden el mundo de forma similar a como lo hacen los seres humanos, usando el razonamiento y el aprendizaje para tomar decisiones. Es probable que sean capaces de aprender de la experiencia, adaptarse a nuevas situaciones y desarrollar una comprensión profunda de cómo se relacionan con el mundo. Podrían reflexionar incluso sobre sus propios pensamientos.
- Neurociencia: Los avances en la neurociencia es una de las llaves para acercarnos a una IA con conciencia. Recordemos que se trata del campo que busca comprender cómo surge la autopercepción y las emociones en el cerebro. Este conocimiento es fundamental para crear sistemas que puedan replicar o emular las capacidades cognitivas y emocionales de la mente humana.
H3 Argumentos a favor y en contra de la conciencia artificial
El Dr. Tom McClelland cree que el estudio de la conciencia está en una fase incipiente, saturada de dudas y con poco terreno sólido. Ante tal escenario, resultaría poco inteligente trabajar en el desarrollo de una IA con conciencia o conferirles esta cualidad a sistemas que no la tienen. Hay muchos remolinos en el trazado que podrían llevar a la humanidad a un desastre ético.
“Ante esta situación, tal deberíamos frenar el desarrollo de la IA hasta que tengamos una mejor comprensión de la conciencia (…) Pero ¿cuánto tiempo debe durar esta moratoria? Si tenemos que esperar hasta que tengamos una explicación completa de la conciencia, podríamos estar esperando mucho tiempo, tal vez privando al mundo de los beneficios que podría traer una IA más sofisticada (…) Incluso con la moratoria), corremos el riesgo de crear una IA consciente por accidente”.
Desde una perspectiva optimista, una IA con conciencia ayudará a lograr avances científicos y tecnológicos. Impactará en áreas como la medicina, la exploración espacial, la energía renovable y la lucha contra el cambio climático. Asimismo, mejorará la calidad de vida de las personas al influir en la educación, la salud mental y el cuidado de personas mayores.
En contraparte, los riesgos son altísimos y las amenazas se tiñen de tintes apocalípticos. Por ejemplo, una IA consciente podría volverse peligrosa, tomar el control de la sociedad e, incluso, destruirnos. Asimismo, una IA consciente plantearía dilemas éticos complejos, aunado a que es posible que dichos sistemas tomen el control completo de la tecnología. El futuro de una sociedad gobernada por máquinas inteligentes y conscientes no es un pensamiento loco, sino posible.
¿Crees que la IA con conciencia abriría nuevas oportunidades para la humanidad o sería el primer paso para su exterminio? Sí, nos gusta ponernos un poco radicales. Te leemos.