Nota: Esta es una transcripción de nuestra crítica en video en el canal de Youtube: Hiramnoriega.com. ¡Suscríbete aquí para no perderte nada!
Pues café, pan y cine. Entramos a Netflix para ver qué encontramos y ¡oh sí!, Pared con pared, comedia romántica con Aitana. No tenemos referencia de eso. Creo que es su primer protagónico dentro del género. Aquí hacen falta unas papitas con su salsita picante. ¿Habrá palomitas?
Bueno, no me quiero distraer. Vamos a ponernos cómodos para ver lo nuevo de Patricia Font. Esta directora tiene credenciales, pero con las comedias románticas siempre te puedes tropezar. Si no te atragantas de clichés, terminas escupiendo un postre todo insípido. Ojalá no pase nada eso. ¡Ya, ya, Play!
¡Vamos con la reseña!
Tras hora y media de vecinos raros, situaciones divertidas y música a granel, ¿qué puedo decirte? Túmbate en el sofá y vela si eres un amante de las comedias románticas. No, no dudo en recomendarla. He de confesar que me siento bastante sorprendido de cuánto me gustó esta entrega.
Quizá habla un poco el amor platónico por Aitana, y es que no es difícil imaginar que hay mucho de ella en el personaje de Valentina. El carisma y ternura que proyecta en el escenario lo lleva consigo frente a la cámara. ¡Bárbara! Sí creo que sí soy muy fan. Vale, traten de ignorar eso.
Sinopsis
Creo que me estoy adelantando demasiado. ¿De qué va esta peli? Pared con pared cuenta la historia de una joven pianista que se muda a un departamento para encontrarse a ella misma. Durante el primer día, estalla la pesadilla. Un muro muy delgado la separa de la casa de un diseñador de juegos. Es un tipo bastante raro, marcado por una trágica pérdida. Después de un conflicto inicial por el ruido, llegan a un acuerdo y forjan un vínculo extraño. Nada de verse, ni conocerse físicamente, pero conectan de inmediato. Al final, cada uno de ellos deberá tratar de superar sus miedos y avanzar en sus carreras y el amor.
Crítica sobre Pared con pared
Ya sé, mucha miel y abejas. Recuerdo que cuando vi el tráiler y leí la sinopsis, dije “ay, más de lo mismo. Creo que las estrellas se alinearon para que todo funcionara bien en Pared con pared. Punto número uno, existe química natural entre Aitana y Fernando Guallar. Todo fluye con una mucha naturalidad. La historia se pone en marcha rápido y logra equilibrarse en su mezcla de romance y humor. Los clichés ahí están, servidos, pero te los comes sin chistar gracias a su ritmo y cadencia. No me aburrí en absoluto.
Un mal común de este género es la prisa por desarrollar el vínculo romántico entre los protagonistas. Eso no pasa aquí, porque incluso no queda claro qué carajos son con esa extraña relación de pared. De forma única y original, la peli termina cuando el verdadero romance inicia.
¿Qué pasa con la comedia? No hay humor burdo y ridículo. Es sencillo, pero efectivo. Allí está otro mérito de Pared con pared. Todos los personajes entienden su rol y lo abrazan con compromiso. Me partí de la risa en toda la secuencia de la cena frente al muro con los amigos. Desde que el personaje de Aitana es un caos cocinando hasta los comentarios de sorpresa y desconcierto de sus acompañantes. Imagina cómo reaccionarías si tu mejor amigo te invitara a una cena similar.
Además, hay ideas sueltas que valen mucho la pena. Una de ellas es la importancia de la comunicación en las relaciones de pareja. Cuando Valentina está a punto de renunciar a su relación con David, su mejor amiga le dice: Eso que tienes es más que lo que tienen muchas parejas ¡o algo así! Vaya verdad absoluta.
Como digo, todo es previsible, incluso la escena final donde hay que ponerse a tirar ladrillos. ¿Alguien pensó que era demasiado cursi? No me pareció, creo que es la cereza en el pastel de una comedia romántica bien hecha, cero pretenciosa y con una frescura que logró llenarnos de buen ánimo.
¿Qué me llevo de Pared con pared?
- Aitana queda bien en las comedias románticas
- Haz lo que tu corazón e instinto te digan, no lo que se supone que debas hacer o lo que la gente espera de ti.
- La vida es una constante lucha por tratar de superar los miedos y hay que trabajar a diario para lograrlo.
Pero basta ya, iré por otra taza de café, otro panecito y…bueno, ¡alguien páseme el control que quiero ver otra peli!