Todas las empresas enfrentan amenazas e incertidumbres. Competir dentro de cualquier industria implica cierto nivel de riesgo, por lo que las organizaciones están obligadas a desarrollar estrategias para minimizarlo. Los equipos directivos y gerenciales son responsables de implementar políticas de gestión de riesgos con el objetivo de blindar a las empresas de las diferentes amenazas. Si bien el riesgo no desaparece, las organizaciones pueden mitigar el impacto y monitorear la efectividad de las medidas.
A lo largo de esta guía básica, exploraremos la importancia de contar con políticas sólidas de gestión de riesgos. Profundiza sobre la necesidad de poner en marcha una capacitación sobre el tema a los equipos de trabajo, además de explicar cómo el marco de apetito de riesgo puede integrarse a la estrategia general. El proceso inicia con la identificación de los peligros y amenazas sobre la organización, pero se diversifica en temas como los planes de mitigación y las herramientas para la toma de decisiones efectivas.
¿Qué es la gestión de riesgos y por qué es importante?
La gestión de riesgos es el proceso sistemático de identificar, evaluar y controlar los riesgos financieros, legales, estratégicos y de seguridad para las organizaciones. De acuerdo con IBM, estos peligros y amenazas pueden provenir de diferentes fuentes, incluyendo desde la incertidumbre financiera hasta los problemas legales, errores en la gestión administrativa y los desastres naturales.
La definición engloba diferentes aspectos, por lo que implica una visión holística y consecuencial. Esto quiere decir que también examina la relación entre los diferentes tipos de riesgos y el impacto en cascada que pueden tener en la compañía. Gracias a este enfoque, favorece la elaboración de políticas, estrategias y planes de acción que ayuden a responder de manera oportuna ante situaciones de crisis.
Beneficios de una buena gestión de riesgos
Una empresa que cuenta con políticas sólidas de gestión de riesgos está un paso más cerca de sus objetivos. A continuación, te presentamos una lista de los beneficios de adoptar este enfoque, el cual es indispensable en un mundo donde los cambios suceden de forma vertiginosa. Los avances tecnológicos, la entrada constante de nuevos competidores, los cambios en las regulaciones y las nuevas tendencias de la industria son factores que obligan a adoptar una estrategia de gestión de riesgos.
Mayor conciencia de los riesgos existentes para una empresa
Las políticas y la estrategia de gestión de riesgos permiten a las compañías identificar y evaluar los riesgos que pueden afectar sus operaciones. Es la manera más efectiva para las organizaciones de anticipar problemas y prepararse adecuadamente para enfrentarlos.
Confianza superior en objetivos y metas
La integración de las políticas de riesgo en la estrategia favorece el establecimiento de objetivos empresariales realistas, pero también genera un ambiente de confianza en la implementación de los planes de acción. Estos últimos incluyen posibles contingencias, por lo que las empresas están mejor preparadas para enfrentar contratiempos.
Efectividad en el cumplimiento de las regulaciones y las normativas internas
Las regulaciones y marcos normativos cambian de forma constante en la actualidad. Los gobiernos establecen nuevas leyes, así como estándares con diferentes propósitos. La identificación de estos riesgos ayudará a las empresas a evitar sanciones y multas, pero también afectaciones a su reputación.
Eficiencia operativa superior
La estrategia de gestión de riesgos impulsa a las organizaciones a alcanzar una mayor eficiencia operativa. Esto se debe a que elimina procesos ineficientes o riesgosos, mientras que optimiza las operaciones, reduce costos y mejora la productividad.
Ventaja competitiva en el mercado o industria
Una empresa con una estrategia de gestión de riesgos tendrá mayores probabilidades de éxito que una compañía que carece de ella. Su mayor resiliencia y capacidad de adaptación a los cambios en el ecosistema empresarial les da mayores herramientas para responder de manera oportuna.
¿Cómo identificar los riesgos operativos y financieros?
Como mencionamos a lo largo del artículo, las empresas enfrentan diferentes tipos de riesgos. Entre ellos, destacan los siguientes:
- Riegos operativos: Son los riesgos que resultan de procesos internos, personas, sistemas o eventos externos ineficaces o fallidos que pueden interrumpir las operaciones comerciales normales.
- Riesgos financieros: Son los riesgos empresariales que implican la posibilidad de perder dinero como resultado de una inversión, un proceso deficiente o un resultado comercial negativo
El primer paso para tener una estrategia eficaz de gestión de riesgos es obtener un panorama claro y preciso de los riesgos que enfrenta la empresa. Esta etapa consiste en el mapeo de procesos, el análisis de personal, la evaluación de sistemas y el análisis del entorno. Las acciones concretas son la documentación de los procesos operativos, la evaluación de las competencias y capacidades del personal, la revisión detallada de los sistemas tecnológicos utilizados y el monitoreo de los factores externos (desastres naturales, cambios en legislaciones y fluctuaciones en la economía o el mercado, entre otros).
En el caso de los riesgos financieros, el proceso conlleva a acciones como el análisis de estados financieros. Dicho proceso implica la revisión del balance general, el estado de resultados y el flujo de caja, pero también el análisis de los indicadores sobre posibles problemas financieros como altos niveles de deuda, liquidez baja y márgenes de beneficio decrecientes. Asimismo, el equipo gerencial responsable tiene que evaluar la estructura de la deuda, el riesgo de incumplimiento y la capacidad general de la compañía para cumplir con sus obligaciones financieras. El análisis de mercado considera las fluctuaciones de precios, la competencia, la demanda de productos y servicios, y las condiciones económicas generales.
¿Qué es el marco de apetito de riesgo y cómo se integra a la estrategia empresarial?
Un concepto que encontrarás con frecuencia en este tema es el de apetito de riesgo. En el mundo corporativo, los beneficios organizacionales conllevan un riesgo asociado. Parte del principio de que las organizaciones no pueden eliminar los riesgos, sino minimizarlos o mitigarlos para gozar de una mayor estabilidad, resiliencia y capacidad de reacción.
El apetito de riesgo es la cantidad de exposición a impactos adversos potenciales que la empresa está dispuesta a aceptar para alcanzar sus objetivos. Las empresas determinan esta cantidad con base en diversos factores.
- Objetivos estratégicos
- Capacidad financiera
- Marco regulatorio y normativo
- Expectativas de los públicos y grupos interesados
- Capacidades operativas
¿Cómo desarrollar planes de mitigación efectivos?
Un plan de mitigación de riesgo es una pieza medular dentro de la estrategia empresarial. No solo destaca y describe los riesgos potenciales de los procesos de una organización, sino que también incluye las prácticas que deben seguir los empleados para minimizar las amenazas e incertidumbres. A diferencia de la evaluación de riesgos, un plan de riesgos proporciona un enfoque completo e integral. Incluye tanto documentos como los controles establecidos para que estas amenazas no perjudiquen a la compañía, los empleados y los públicos asociados en general.
Un plan de riesgos está compuesto de varios elementos:
- Identificación de riesgos
- Evaluación de riesgos
- Calificación de riesgos
- Seguimiento de riesgos
- Implementación y monitoreoEn conclusión, la gestión de riesgos es requisito fundamental para cualquier empresa que quiera alcanzar sus objetivos y sostenerse en el tiempo. La identificación temprana y la toma de acciones oportunas sobre estas amenazas marcan la diferencia entre el éxito o el fracaso empresarial.