El uso correcto de los colores en el cine es fundamental para crear películas cargadas de emociones, obras que realmente generen una conexión con los espectadores.
En su definición más simple, el cine es el arte de contar historias a través de imágenes. Sin embargo, no solo se guía por la inspiración, sino también por el dominio técnico de todos los elementos que se unen en dichas composiciones. Entre ellos, sobresale el uso de los colores para generar emociones, un tema tan rico y entretenido que ha dado paso a numerosos estudios e investigaciones.
Desde sus orígenes, el hombre ha construido una relación profunda con los colores. Está comprobado que cada uno de ellos afecta nuestras emociones de manera distinta. Al tratarse de un arte visual, el cine no está exento de la llamada psicología del color. Aprender todos sus secretos se ha convertido en uno de los objetivos de los grandes cineastas, cuya finalidad es crear películas que logren conectar a nivel emocional con los espectadores.
El color como recurso para contar historias
El uso de los colores en el cine o en las películas contribuye a definir el estilo estético de un director. Algunos optan por los colores estridentes para agitar nuestros sentidos con sensaciones de energía y dinamismo, mientras que otros recurren a la desaturación de estos para generar otro tipo de reacciones. Desde la primera escena, los cineastas entienden que se trata de un recurso narrativo poderoso, el catalizador perfecto para propiciar estados de ánimo.
Seguramente, habrás escuchado que el color azul inspira tranquilidad, frescura y relajación, pero que su sobreexposición en una escena transmite tristeza y melancolía. Por otro lado, el rosa es un color que se asocia de forma inevitable con lo femenino, pero también lo hace con el sentimiento de amistad, la delicadeza y el amor. Como podemos darnos cuenta, cada color afecta nuestra percepción como espectadores y, por consecuencia, nuestro estado emocional.
No es coincidencia que las escenas tristes o nostálgicas tengan una estética dominada por el color azul, mientras que aquellas donde predomina la pasión o la violencia tengan una mayor presencia de rojo. De esta manera, los cineastas buscan reforzar la trama de sus tomas jugando con los colores para encaminarnos a una emoción determinada, tal como lo hacen con la banda sonora o el tipo de encuadre.
Los maestros del uso del color en el cine
Entre los directores que forjaron un estilo inconfundible por su uso magistral de los colores en el cine se encuentran Alfred Hitchock. Su caso resulta curioso debido a que inició su carrera grabando en blanco y negro, experimentando con el uso del color hasta 1948. Solo basta disfrutar de Vértigo para entender que era un genio como narrador visual. Esta película se caracteriza por el uso predominante de rojos y verdes intensos.
El cineasta Pedro Almodóvar es considerado otro de los grandes maestros del uso del color en la pantalla grande. Sobresale su talento para elegir una paleta capaz de potenciar el efecto dramático de la historia. Evidentemente, el color rojo es el que encontramos con mayor frecuencia en su filmografía.
Otro caso emblemático es el del icónico Wes Anderson, quien suele moverse entre colores pasteles y vibrantes para sus diferentes películas. Sin duda, se trata de uno de sus rasgos principales como artista visual, convirtiéndose en referencia para las nuevas generaciones.
Al final, todos los cineastas serios saben que el color es tan importante como la trama misma de la película. Cada decisión que se haga sobre este elemento será clave para elevar o mermar su poder expresivo.
