Cuando vemos que una película está protagonizada por Eddie Murphy, nos cuesta trabajo darle al Play. Sabemos que el nacido en Nueva York es un ícono de la comedia estadounidense, un genio del stand-up y un gran maestro de la risa. Sin embargo, nos cuesta ponernos a tono con su humor caótico y extravagante. En pocas palabras, no somos sus más grandes admiradores. Sin embargo, algo nos llamó a tirarnos en el sofá y darle una oportunidad a La calle de la Navidad.

¿Nos arrepentimos? Mmm…no del todo. Hay cosas positivas de la película que llegó al catálogo de Amazon Prime Video bajo el título Candy Cane Lane. Incluso, podemos decir que en este momento nos sentimos con mayor disposición a echarle un ojo a otros trabajos de Murphy. La calle de la Navidad no es nada magnífico, nada que se vaya a quedar en tu memoria, pero tiene un montón de luces de colores, arreglos originales y algunos diálogos inteligentes.

De qué trata La calle de la Navidad

La calle de la Navidad cuenta la historia de los Carver, quienes se ven envueltos en una misión de temporada para evitar perder a su padre. En general, las cosas parecen ir bien para esta familia tradicional americana. Más allá de que los papás no entienden que sus hijos tienen sus propios intereses, planes y deseos, todo avanza sin problema. Sin embargo, el despido inesperado de Chris, el personaje interpretado por Eddie Murphy, cambia el panorama por completo.

En su deseo de no arruinar la Navidad y aligerar un poco las preocupaciones financieras, Chris realiza una compra masiva de arreglos para ganar un concurso de decoración. La casa con los adornos más impresionantes se llevará la cantidad de 100,000 dólares. Al menos, eso se entiende en la primera parte de la película. El problema es que Chris termina embaucado por una traviesa elfa de la Navidad que quiere convertirlo en una figura de porcelana. De esta forma, los Carver empiezan una aventura en la que encontrarán a los aliados más inesperados.

¡Y ahora sí! Llegó el tiempo de espabilar y compartirte nuestra crítica sobre esta comedia de temporada ¿Vale la pena verla? ¡Aquí te lo decimos!

Lo bueno

Una película agradable y familiar

La calle de la Navidad cuelga en sus jardines muchas de las cosas que deseamos ver en esta clase de películas. Es un filme hecho para disfrutarse con los más pequeños del hogar. La historia es muy sencilla y ligera, por lo que no hay mucho que explicar ni series luminosas donde enredarse. Es una de esas cintas donde el villano no genera miedo o, como mínimo, la sensación de peligro. Definitivamente, estamos ante una elfa confundida con un gusto natural por hacer travesuras.

La calle de la Navidad es una película carismática, cuyo valor se encuentra en las simpleza de los personajes y las situaciones. En pocos minutos, logra que el espectador se meta en el ambiente navideño por las decoraciones ostentosas y figuras monumentales. De cierta manera, retoma el gusto de muchas familias estadounidense y su afición en  “tirar la casa por la ventana” para llenar sus fachadas de luces, los jardines de gnomos y los tejados de falsos Santas.

Pese a los clichés, se siente fresca y distinta

La película La calle de la Navidad no es ajena a los clichés, pero al menos les otorga menos minutos en la historia de lo que hace la mayoría. Por ejemplo, vemos a una hija que desea estudiar en otra universidad a la que quieren sus padres y un adolescente incomprendido en su pasión por la música. Llega un momento donde los reproches saltan a la mesa, pero nos agrada que no se conviertan en el centro de todo.

Al final, el guionista Kelly Younger opta por una solución más sencilla. La trama se centra en la carrera contra el tiempo para juntar los anillos. Ese momento de desunión familiar solo dura un suspiro, ya que de inmediato empiezan a trabajar juntos para que Chris no se convierta en una miniatura de porcelana. Todo es sencillo, todo es simple, pero incluso el estilo de humor más controlado de Murphy ayuda a que sea un viaje agradable de ver.

Eddie Murphy no está tan loco aquí

Parte del sello de la comedia de Eddie Murphy es que todo suele descontrolarse a niveles extremos. En varias de sus películas, hay que estar dispuesto a lo absurdo y los mayores ridículos. Pero eso no sucede aquí, lo que es a nuestro juicio una agradable sorpresa. Murphy, así como otros personajes de la comedia, tienen diálogos inteligentes y realmente divertidos en varias escenas.

Además, todo empieza con un aire de realismo interesante, sin recurrir a demasiados elementos exóticos. Es un humor familiar y conocido, pero bien estructurado. Por supuesto, la dinámica cambia cuando entra el factor de la “magia de la Navidad”. En el momento en el que Chris y la más pequeña de los Carver ingresan a la tienda de Pepper todo se transforma en un viaje fantasioso. Suponemos que allí retomará la atención de los más jóvenes.

Lo malo

Se descompone conforme avanza

La calle de la Navidad es una película que se desinfla de manera paulatina hasta caer en el completo desorden. En verdad, creemos que el inicio de la cinta es bastante bueno con un padre de familia bien asentado, una esposa comprensiva y tres hijos bastante normales. Sin embargo, empieza a tambalearse en cuanto Chris y su pequeña se ponen en marcha para recuperar los anillos.

Sus pequeños aliados parlanchines son hilarantes y nos sacaron varias sonrisas, pero también se pierden en esa ola de problemas que parecen improvisados. Llega un momento donde todo se siente demasiado fantasioso y poco probable, rompiendo con el encanto que había logrado construir en sus primeras secuencias. No tiene nada que ver los actuaciones de Murphy y los demás miembros del reparto, quienes entregan buenas cuentas, pero es como si al guionista se le hubieran acabado las ideas a medio camino.

Un final poco memorable

Y eso nos lleva, de manera inevitable, a un final poco emocionante y, para ser honesto, nada memorable. La calle de la Navidad llega totalmente desarmada a los últimos 15 minutos. Incluso, creemos que no logra construir un solo momento emotivo que resalte la unión familiar de los Carver. Los fans de esta clase de filmes esperan ese momento cursi y romántico, pero aquí todo se pierde entre personas corriendo, un Santa Claus sin demasiado carácter y los diálogos menos significativos.

No es normal que la parte más fuerte de la película sean sus primeros 15 minutos, mientras que los 15 últimos son los más cuestionables y aburridos. Como decirlo, al final, La calle de la Navidad se pierde entre su propio desorden y no logra rematar la idea central sobre el verdadero significado de la celebración.

¿Vale la pena verla?

Si hay niños en casa con ganas de ver una película de temporada, La calle de la Navidad puede ser una buena opción. Ok, corregimos, quizá sea un título decente que logre sacar algunas sonrisas tanto a pequeños como a adultos. Solo en esa situación, recomendaríamos ver la reciente película de Prime Video. Y hasta eso, se nos ocurren al menos otros 10 títulos de comedias navideñas familiares que valen mucho más la pena.

Como entretenimiento para adultos, La calle de la Navidad no tiene mucho que ofrecer, fuera de una versión de Murphy con la que nos resulta más fácil congeniar. En verdad, creemos que el actor es responsable de salvar a esta entrega en varios de sus momentos más débiles y frustrantes.

Es un filme poco profundo que empieza a aburrir conforme avanzan los minutos. Además, en su afán de buscar un cierre original y divertido termina tomando caminos demasiado extraños. La escritura, la dirección y hasta las actuaciones pierden la compostura por completo en el desenlace.

Calificación

Por esto y mucho más, nosotros le damos una calificación de 2/5 estrellas. Pero cuéntanos a ti que te pareció, qué tan bien la pasaste viendo La calle de la Navidad y qué otras comedias navideñas nos recomiendas.

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